Balmis Berenguer, Francisco Javier
Alicantino de Oro
Nació en el seno de una familia de cirujanos, tanto su padre como su abuelo. Vivían en la Plaza de la Fruta (actualmente de la Santísima Faz).
Se formó en el Colegio de Nuestra Señora del Rosario, situado en la Calle Mayor. Cursó estudios secundarios de Humanidades y Latín en el Real Colegio de Nuestra Señora de la Esperanza.
A los 17 años comienza a ejercer como practicante de cirujano en el Real Hospital Militar de Alicante. Después de 5 años en dicho centro hospitalario, Balmis prosigue con su educación académica en la Universidad de Valencia, donde obtiene el título de Cirugía y Álgebra.
Tras licenciarse ingresó en el ejército, donde tras instruirse fue ascendido a cirujano militar, siendo trasladado a Gibraltar. Como médico de la Armada Española asistió a México, donde el arzobispo le nombró en 1786 como nuevo Cirujano Mayor del hospital militar de Morelia. Durante este tiempo se licenció también en Arte por la Universidad de México.
Luego de pasar unos años en Morelia, en 1790 fue el encargado de enfermedades venéreas de San Andrés en Ciudad de México. Descubrió un remedio indígena que resultó ser bastante efectivo. Balmis lo analizó, le eliminó los componentes innecesarios y de tipo supersticiosos y lo mejoró hasta convertirlo en una nueva y efectiva medicina.
A su vuelta a España en el 92 trató de exportar el remedio que había descubierto, aunque contó con la cerrada oposición de algunos médicos de la Corte. Para defenderse escribió en 1974 el Tratado de las virtudes del agave y la begonia.
Obtuvo el bachiller de medicina en la Universidad de Toledo, cursó 2 años en el Real Estudio de Medicina Práctica de Madrid, obtuvo el doctorado en medicina e incluso realizó 3 cursos de botánica en el Jardín de la Corte. Su increíble trayectoria le impulsó a convertirse en el médico personal del rey Carlos IV en 1795.
Tras años de atender al Rey, consiguió persuadir a Carlos IV para que organizase una expedición a América, donde la viruela estaba causando estragos en la población local, sobre todo en los niños.
A la expedición se la denominaría posteriormente “Expedición Balmis” y tenía como objetivo hacer llegar la vacuna de la viruela que había sido descubierta hacia unos pocos años en Europa, a las colonias españolas en América.
La expedición presentaba un serio problema, no se encontraba una forma para conseguir que la vacuna aguantase durante el tiempo preciso para llegar a América. A Balmis se le ocurrió llevar en el viaje a un número de niños, e ir pasando la vacuna de uno a otro.
En noviembre de 1803 Javier Balmis, 2 médicos asistentes, 2 prácticos, 3 enfermeras, 22 niños huérfanos y la rectora de su orfanato subieron a bordo del barco “María Pita” para partir del puerto de La Coruña en dirección a las Islas Canarias, su primera parada. Se considera a ésta como la primera expedición sanitaria internacional de la historia.
Tras dejar la vacuna en las Canarias, así como material sanitario e instrucciones de cómo aplicarla, se dirigieron a Venezuela. En la ciudad venezolana de La Guaira la expedición se dividió con nuevos doctores para llegar a otros puntos de América como la actual Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Bolivia y Argentina.
Balmis por su parte prosiguió hasta Cuba y luego a México. Después de llevar la vacuna por todo el virreinato mexicano y Texas, subió a bordo de un nuevo barco llamado “Magallanes”, para dirigirse rumbo a Filipinas, también colonia española en aquel entonces. Era febrero de 1805, y en pocos meses ya estaba en Manila enseñando la vacuna a los médicos locales y organizando vacunaciones a los indígenas.
Terminado su trabajo en Filipinas, pidió permiso a la Corona para proseguir hasta Macao, la colonia que Portugal tenía en China. Le fue concedido y partió a la localidad macaense. El viaje fue accidentado, pero finalmente Javier llegó hasta la colonia, donde siguió enseñando la vacuna.
Sin conformarse con ello, consiguió el permiso de las autoridades para adentrarse en el territorio chino, llegando a numerosas ciudades hasta la provincia de Cantón.
En su viaje de regreso a España, aún dio un rodeo para pasar por la isla británica de Santa Elena (en el Atlántico, a unos 2.500 km de las costas de Angola) para portar allí también la vacuna de la viruela.
Balmis y su expedición de “niños héroes”, así es como el médico alicantino denominaba cariñosamente a los huérfanos que les acompañaban, llegaron de nuevo a España a finales de 1806. Dado a lo heroico y humanitario de su labor en América y Asia, fueron recibidos con grandes honores. El propio creador de la vacuna, el inglés Edward Jenner, reconoció en un escrito que aquello fue el más amplio y noble esfuerzo de filantropía jamás realizado en la historia.
De regreso ya en España el doctor alicantino fue nombrado Inspector General de la Vacuna, y ejerció durante un tiempo una importante labor en aras de su conservación, aplicación y extensión.
Sin embargo, por un descuido y mala praxis de las autoridades mexicanas, la vacuna casi se perdió en México, por lo que Balmis se vio obligado a volver al virreinato en 1809. Estando allí estalló la Guerra de la Independencia Mexicana, lo cual limitó su labor médica. Además a raíz de sus constantes viajes, su salud empezó a resentirse.
En 1813 Balmis vuelve a España, en el tramo final de la Guerra contra los franceses. Tras la victoria y la subida al trono de Fernando VII, solicitó al nuevo monarca un puesto fijo de Gobernador en San Fernando de Henares, en la provincia de Madrid.
No obstante, siguió sufriendo de mala salud que acabó suponiendo su fallecimiento a la edad de 65 años.
Francisco Javier Balmis Berenguer, además de ser un prestigiosísimo médico, fue el impulsor y director de la primera expedición sanitaria internacional que jamás se hizo. Inventó la forma de transportar la vacuna de la viruela, salvando así la vida de un número incalculable de personas en América y Asia. Su figura supuso grandes avances al campo de la medicina.
En 1919 el Colegio de Médicos de Alicante le rindió un homenaje coincidiendo con el centenario de su muerte. Se celebró un acto de conmemoración al que asistieron importantes personalidades de la medicina y se le dedicó a partir de entonces un premio anual con su nombre.
También el Ayuntamiento le dedicó un congreso de medicina, celebrado en ese mismo año en el Teatro Principal. Allí se presentó la nueva placa elaborada por el escultor Vicente Bañuls, con la que se denominaría a la plaza de Torrent, a partir de ese día Plaza del dr. Balmis.
En 2006 la novelista dominaco-estadounidense Julia Álvarez escribió una novela basada en la Expedición Balmis, titulada Saving the world. Se basa en el punto de vista de la única mujer presente en la aventura, la rectora del orfanato de los 22 niños huérfanos, Isabel López de Gandalia.
Durante la pandemia mundial del coronavirus ocurrida en 2020, el Gobierno de España denominó 'Operación Balmis' al operativo militar que recorrió toda la geografía española desinfectando instalaciones para erradicar el virus.
FUENTES:
- Alicante Vivo (www.alicantevivo.org)
- Wikipedia