González de Quijano Iturregu, Trinitario María

Fecha de nacimiento: 
8 de mayo de 1808
Lugar de nacimiento: 
Guetaria (Guipúzcoa)
Fecha de fallecimiento: 
15 de septiembre de 1854
Lugar de fallecimiento: 
Alicante
Profesión: 
Gobernador Civil
Militancia: 
Partido Progresista
Padres: 
José González de Quijano y María Luisa Iturregui
Consorte: 
Adelaida Polverosi
Biografía: 

Alicantino de Oro  

 

Trino Quijano nació en la provincia de Guipuzcoa en plena Guerra de la Independencia contra los franceses.  A los 15 años ingresó en el Real Cuerpo de Guardia, llegando al puesto de Alférez de Caballería.

Sin embargo, la vocación de Trino era más política que militar. Ingresó en el Partido Progresista  y fue escalando peldaños.

Hacia 1830 contrajo matrimonio con Adelaida Polverosi, de ascendencia italiana. Tuvieron una hija llamada Carolina. Durante la Primera Guerra Carlista, ejerció el difícil cargo de Intendente de Rentas en Navarra. Después de su término fue nombrado en 1843 Gobernador Civil.

Sin embargo, en 1945 es detenido en su residencia de Madrid por desobediencia, dado a que mostraba un fuerte rechazo público hacia el régimen de terror impuesto por el gobierno del General Narváez. Su nombre aparecía en una lista llamada “Personas que estorban en Madrid”.  En ese mismo documento, a Trino se le tacha como “bullanguero progresista”.

Fue encarcelado en Cádiz, y se decidió que fuera deportado a Filipinas. No obstante, en 1948 salió de presión con reducción de pena. Fue desterrado a Navarra.

No obstante, la subida al poder del Espartero, supuso la ruptura con la política anterior. Trino Quijano volvió a ser bien considerado en Madrid y en 1854 es nombrado de nuevo Gobernador Civil, esta vez de Alicante, sustituyendo a José María Montalvo, quien fue relevado por desavenencias políticas.

Lo primero que supo de la ciudad alicantina es que acababa de estallar un brote de cólera que amenazaba a toda la población local. En cuanto estuvo al corriente de ello se apresuró a ir a Alicante para poner todo su empeño en combatir la enfermedad.

El día 22 de agosto arribó a la ciudad. Tras un primer reconocimiento de la situación ordenó al día siguiente que en todas las cafeterías y horchaterías hubieran sacos de arroz para los enfermos y que todos los farmacéuticos facilitarán gratis todo tipo de medicamentos siempre que los adquiridores aportaran receta médica firmada. Aseguró que el importe de las medicinas sería abonado por el Gobierno Civil.

Muchos alicantinos huyeron de la ciudad, algo que acabó siendo en muchos casos inútil, pues la enfermedad terminó por extenderse a toda la provincia. Entre ellos también estuvieron muchos clérigos, destacando a Félix Herrero, Obispo de Alicante. Trinitario criticó esta aptitud del clero local y pidió su regreso para ayudar a los enfermos.

Durante aquellos días, ante la escasez de alimentos desinfectados, Trinitario Quijano se desplazó por todos los puntos de la provincia llevando comida a los hambrientos, muchas veces pagadas de su propio bolsillo. Por ello fue recibido como un héroe en Alcoy, Concentaina o Monforte, y así mismo fue llevado a hombros por Alicante.

Además, para facilitar la adquisición de comida, suspendió todos los impuestos a la compra de alimentos. Prohibió asimismo los cordones sanitarios que mantenían a la ciudad aislada y estableció guardias de médicos y practicantes en el Ayuntamiento, día y noche.

Visitó en la medida que pudo a los moribundos, algunos de ellos fallecieron ante su propia presencia.

Su gran labor en la lucha contra el cólera no pasó desapercibida en la Corte, y la Reina Isabel II le condecoró el 5 de septiembre con la Gran Cruz de Isabel la Católica.

No obstante, apenas pudo disfrutarla pues pocos días después Trinitario Quijano cae enfermo. Al principio los médicos pensaron que era simple agotamiento tras sus constantes viajes por la provincia e incasable lucha contra la epidemia. Pero pronto se confirmaron los peores presagios, Trinitario había contraído también el cólera.

La epidemia, en gran parte gracias a él, ya era casi historia, siendo Trinitario uno de los últimos infectados.  En la mañana del 15 de septiembre llegó a él la noticia de que la epidemia estaba ahora haciendo estragos en Castalla. Con las pocas fuerzas que le quedaban trató de coger un caballo para desplazarse a la localidad junto a personal médico, pero ni siquiera pudo subirse a lomos del animal.

Esa misma tarde pronunció la frase: “Sé que voy a morir, pero muero contento porque sé que voy a ser el último”. Y con la satisfacción del trabajo bien hecho, de que la terrible epidemia de cólera que había segado miles de vidas ya estaba superada en la ciudad Alicante, falleció tranquilo Trinitario Quijano a la edad de 46 años con la compañía de su esposa.

Unos meses después de su muerte, un grupo de altas personalidades alicantinas decidió elaborar un monumento en su honor, en el parque que también lleva su nombre. Dicho monumento fue elaborado por el arquitecto Francisco Morell y sufragado por donaciones populares. Se inauguró oficialmente en el 57 en un acto en el que fueron trasladados sus restos mortales hasta el mausoleo. Años más tarde en 1865 se realizó la cancela y las rejas del Panteón de Quijano por parte del arquitecto José Guardiola.

Trino Quijano tan solo ejerció el cargo de Gobernador Civil de Alicante durante 25 días. Sin embargo, probablemente sea el mayor héroe político de la historia de la ciudad y la provincia alicantina. Una heroicidad que le acabó costando su muerte prematura. Dio su vida por Alicante.

 

GOBERNADOR CIVIL DE ALICANTE (1854)

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PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN (1858)

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FUENTES:

- Alicante Vivo (www.alicantevivo.org)

- Wikipedia


 

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