González Ortiz, Miguel
Se formó como guardia civil en Cartagena (Murcia) y en 1910 fue destinado a Ballestero (Albacete). A los 26 años se casó con su novia del pueblo Vicenta Córcoles. Tuvieron 2 hijas llamadas María y Nieves.
Pasó por varios destinos como Imón (Guadalajara), Balazote (Albacete), Mahora (Albacete) y La Coruña. En 1927 se trasladó a Ibi, hasta que en 1935 fue ascendido a subteniente en Serón (Albacete). Poco después ascendió a alférez en Elche y después le destinaron a Cocentaina.
Tras el golpe de estado de 1936 fue detenido en Alicante al ser considerado proclive al bando sublevado. Fue liberado al no hallarse ningún motivo político en su contra, pero se le expulsó de la Guardia Civil. Durante la guerra permaneció en Alicante residiendo con su familia en la calle Juan Perea (actualmente llamada San Carlos).
A finales de marzo de 1939 cuando miles de refugiados abarrotaron el Puerto de Alicante esperando subir a un barco hacia el exilio, Miguel González acudió a la zona portuaria para intentar colaborar en organizar esa caótica situación. A la llegada de las tropas sublevadas a la ciudad contribuyó a las negociaciones y al desarme pacífico de los republicanos atrincharados en los muelles.
Tras la guerra se reincorporó a la Guardia Civil pasando por varios destinos efímeros en la Mancha y Murcia. En 1940 pidió el retiro para incorporarse a la Policía Municipal de Alicante como subjefe.
En 1943 el guardia González fue una de las 17 personas que perdieron la vida en la explosión accidental acontecida en la Armería el Gato. Falleció en acto de servicio tratando de ayudar a los vecinos que se encontraban en la zona.
Numerosos compañeros de la Policía Local acudieron a la misa en su honor que se celebró en la Iglesia de San Nicolás y acompañaron a sus restos mortales hasta el Cementerio Municipal en señal de respeto. También se le dedicó una calle en Benalúa y se colocó una placa conmemorativa en el cuartel policial de Babel.
FUENTE:
- "CALLEJERO BIOGRÁFICO DEL BARRIO DE BENALÚA DE ALICANTE" Alfredo Campello y Ernesto Martín