Vio su primera luz en la calle Gravina. Nació en el seno de una familia humilde, siendo su padre agente de transporte marítimo.

Tras lograr el bachillerato con excelentes notas en el Instituto de Alicante, ingresa en la Academia Militar de Infantería de Toledo. A los 18 años consigue el grado de 2º teniente, y es destinado al regimiento de Infantería Princesa nº 4 en Alicante.

Ejerció de profesor de soldados durante 1 año, para finalmente conseguir por oposición una plaza en la Escuela Superior de Guerra en Madrid.

En 1902 vuelve a Alicante para casarse con Isabel García-Serrano. Ambos tuvieron 4 hijos. Tras ser destinado a Barcelona y destacar en sus aptitudes, es nombrado capitán del Estado Mayor. Más adelante fue trasladado a la capitanía general de Valencia.

Gran estudioso del idioma esperanto, escribió varios manuales para su aprendizaje. Cuenta que llegó a hablar 18 idiomas y algunos dialectos más. En 1906 le se marcha a Mallorca para unirse a la comisión topográfica de la isla.

Sin desvincularse totalmente del ejército, se introduce de lleno en el ámbito de la geografía. Asiste al Instituto Geográfico de Valencia y es nombrado ingeniero del cuerpo de Geógrafos. En 1910 logró por concurso de méritos la plaza de director de la Estación Sismológica Central de Toledo, la primera y más importante de España.

Estuvo durante años estudiando los movimientos sísmicos. Volvió a Alicante en numerosas ocasiones, sobre todo a raíz de la apertura del Observatorio Sismológico en el paseo de Campoamor. Tras estudiar un los efectos de un terremoto ocurrido en el Bajo Segura ocurrido en 1919 y asistir a un congreso internacional en Oporto, Vicente Inglada publicó algunos revolucionarios estudios en los que establecía nuevos fórmulas y mecanismos para ubicar los epicentros en los terremotos.

Estas investigaciones fueron conocidas recurrentemente como “Fórmulas Inglada” y utilizadas por científicos de todas partes del mundo.

Además de sus investigaciones en sísmica, también publica otras obras de ciencias como Aritmética, Geometría y Trigometría, así como aplicaciones de todas ellas en la actividad militar. Sus brillantes investigaciones le valieron muchos reconocimientos, como 3 cruces al Mérito Militar.

Llegó a fundar una revista en esperanto “La Suno Hispana”, la primera en este experimental idioma que se publicaba en España. Asimismo escribió a modo de afición algunos poemas y obras de teatro en esta peculiar lengua.

Tras un tiempo en Toledo, consigue una plaza de profesor en la Escuela Superior de Guerra en Madrid. Aquí inicia una actividad frenética en la que compagina la investigación con las clases, también en la Universidad Central, el Instituto Geógrafo, Oceanográfico y la Junta de Ampliación de Estudios. Publicó regularmente en muchas revistas

Fue miembro también de la Academia de Historia Natural así como de otras diversas academias científicas en Madrid, Barcelona, Córdoba y Postman. De igual forma asistió a numerosos congresos por toda Europa.

En 1927 en Praga llegó a provocar la dimisión de un reputado especialista inglés en sismología cuando le rebatió todas sus teorías dejándole sin capacidad de respuesta. Este hecho fue muy sonado en la comunidad científica española, y Vicente Inglada llegó a recibir la felicitación del entonces jefe de estado Miguel Primo de Rivera.

Por toda su contribución a la ciencia y llevar el nombre de Alicante a todas partes, el Ayuntamiento de su ciudad natal decidió dedicarle una calle aún en vida.

Con la llegada de la II República, Vicente se acoge al retiro voluntario militar que la ley le otorgaba. Fue nombrado secretario técnico del Instituto Geográfico y Catastral. Al estallar la Guerra Civil se jubila prematuramente y sin sueldo para refugiarse en su domicilio con su familia.

Tras el fin de la contienda pudo recuperar su puesto. También fue jefe del Servicio Sismológico Nacional y en el 41 vicedirector del Instituto Nacional de Geofísica. Igualmente fue miembro del Comité Nacional de esta misma ciencia, de Instituto de España y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Durante sus últimos años profesionales perteneció además a academias de ciencias en Italia y Perú.

Se retira en 1948 y fallece poco después, justo el día de su 70 cumpleaños.

FUENTE:

- “30 ALICANTINOS AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD”, Joaquín Santo Matas