Mas Magro, Francisco Juan de Mata
Alicantino de Oro
Hijo de un médico, tras cursar los estudios básicos en la escuela de su pueblo natal se trasladó a Alicante para realizar el Bachillerato en el Instituto. Después de graduarse por Ciencias a los 17 años, sintió la vocación religiosa y se marchó a Orihuela para ingresar en el Seminario.
Sin embargo, en apenas menos de un año se salió del Seminario, pues decidió matricularse en la carrera de Medicina de la Universidad San Carlos de Madrid.
Durante sus estudios, en 1900 se dio un brote de epidemia de triquinosis en Murcia. Francisco decidió entonces viajar a la ciudad murciana para estudiar la enfermedad. Aquí coincidió con los famosos doctores Santiago Ramón y Cajal y Jaume Ferrán.
Con su propio microscopio consiguió anticiparse al resto de los doctores en el Laboratorio Municipal de Murcia y descubrió la causa de la epidemia (las larvas de la triquinosis en las fibras musculares). Fue su primer gran logro como investigador. Le llevaron a hombros al Ayuntamiento y allí el alcalde murciano le ofreció ser Director de Laboratorio, puesto que rechazó para poder terminar sus estudios en Madrid.
Al año siguiente realiza su primera publicación en El Siglo Médico, el boletín de medicina más prestigioso del país, sobre la meningitis. Dicha publicación fue leída en la Real Academia de Madrid.
Tras licenciarse en 1903, Francisco Mas abre su propia consulta médica privada en Crevillente. Coincidió en aquella época con un brote de leucemia en dicha localidad, por lo que tuvo muchos pacientes y empezó a interesarse por investigar esta enfermedad.
A los 29 años contrae matrimonio con Encarnación Magro, su prima. Al año siguiente se doctora en Medicina. Su trabajo de investigación (de leucemia, tuberculosis, alergias celulares…) durante estos años no pasaron ni mucho menos inadvertidos, siendo alabados algunos de ellos por el mismísimo Ramón y Cajal, al igual que por colegas extranjeros a los que conocía en algunos congresos internacionales de medicina a los que asistió. Tuvo también una oferta de una importante consulta médica en Barcelona, que rechazó.
Su estudio “Las granulaciones eosinófilas de los leucocitos del hombre y los mamíferos” le valió el Premio del Instituto Valenciano en 1910. Poco después su estudio “Investigaciones urológicas de la glucosa” le permite entrar como miembro de la Real Academia de Medicina de Valencia. Con otro estudio de la tuberculosis entra también en la de Murcia. Además, la Universidad de Berlín le invita a colaborar en su revista médica.
En ese mismo año de 1911 nace su único hijo, cuyo nombre también será Francisco. Su mayor vínculo con Crevillente era su padre, también médico y desde hacía algunos años con una salud delicada. Tras su fallecimiento en 1914 decide trasladarse a Alicante, ciudad que le ofrece mayores posibilidades de desarrollar su investigación.
Instaló su nueva consulta en la calle San Fernando, aunque poco después se trasladó a la casa Lamaignère, en el número 3 del Paseo de los Mártires (actual Explanada).
Se afilió al Partido Conservador, del que fue nombrado vice-tesorero de la delegación alicantina.
Justo antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1915 una prestigiosa revista alemana publicó sus investigaciones sobre la tuberculosis. Francisco Mas seguía investigando por su cuenta y solicitaba a los organismos públicos españoles más ayuda. Sin embargo, su trabajo era frecuentemente más valorado en el extranjero que en su propio país.
Aunque participó posteriormente en algunos estudios colaborando con profesionales italianos y un prestigioso médico de Granada, y publicó su libro “La Fórmula Leucocitaria y su Valor Clínico” en el 21; fue en 1923 cuando le llega definitivamente la fama a nivel mundial al publicarse su trabajo “El síndrome hemático de la anafilaxia”. Fue un trabajo experimental que adelantó en muchos años este campo.
Sobre estas fechas, Francisco había cambiado de nuevo su consulta al 13 de la plaza Calvo Sotelo. En su nueva casa (aún existente) instaló en el primer piso la consulta y en el segundo su vivienda.
En 1925 se convirtió en el primer médico no francés en colaborar en la prestigiosa revista Strasbourg Médical. También inició colaboración con otro magacín alemán. Recibe 2 premios de la Fundación Roel y es el único científico español en ser invitado a la primera conmemoración internacional tras la Guerra Mundial, el Congreso Internacional de Medicina de Budapest de 1927.
Tras la proclamación de la República, en el 31 le ofrecen el cargo de director del Instituto de Reumatología en Madrid. Sin embargo Francisco lo rechaza al considerar que se trata de un cargo demasiado politizado.
Si que acepta no obstante formar parte de un selecto grupo de investigadores que formaran la Sociedad Francesa de Hematología, convertida poco más tarde en internacional. En el 33 comienza a dar clases en la Facultad de Medicina de Valencia. Tras la fructífera experiencia, se anima a impartir cursos en su propio laboratorio en Alicante.
Durante el comienzo de la Guerra Civil aún es invitado a participar en congresos internacionales, como en Argel o en París en 1936. Sin embargo los posteriores acontecimientos que dan resultado a la victoria de las tropas franquistas supone un aislamiento internacional que perjudica enormemente a Francisco Mas Magro.
Consciente de esta nueva situación escribe cartas al nuevo jefe de estado Francisco Franco solicitándole ayudas y becas para su investigación, sobre todo para poder adquirir un microscopio electrónico que le permitiera ver más ampliadas y con mayor claridad las bacterias.
Desde el Pardo se solicitaron informes al Ayuntamiento de Alicante, pero desde esta institución informaron que se trataba “de un personaje rojo”, por lo que no se le concedió ni tan siquiera una entrevista. Posiblemente la razón fuese que en 1938 en el semanario republicano El Luchador se escribió un artículo donde se alababa el trabajo de Francisco. Otra razón tiene difícil explicación.
A pesar de sus limitaciones en cuanto a medios materiales, continuó publicando libros, artículos y trabajos a principios de los 40, sobre hematología, leucemia, alergias… Uno de sus más importantes libros fue “Sangre y alergia”, de 1945. También fue nombrado Director Honorario de la importante revista nacional Clínica Hispánica.
En el extranjero no se habían olvidado de él, y en 1948 es de nuevo invitado a un congreso en París. Sin embargo, el gobierno español no le permite asistir. Poco después, es nombrado Jefe de la nueva Sección de Hemarología de Alicante, en la que trabajara junto a su propio hijo, quien había seguido los pasos de su padre y se había también licenciado en medicina.
2 años más tarde es al fin condecorado con el Premio Couder de Medicina a su gran labor y trabajo, considerado frecuentemente como “el Nobel español”.
A partir de 1951 se centra en investigar la leucemia, y empieza a publicar libros y trabajos que de nuevo llegan a los círculos médicos europeos. Sus grandes progresos le catapultan a ser candidato para el Premio Nobel de 1953. Sin embargo, finalmente el prestigioso galardón es concedido a los científicos Lifman y Krebs. Cabe señalar que ningún profesional científico español así como ninguna autoridad nacional apoyó oficialmente su candidatura.
De nuevo, el gobierno español le niega la asistencia al Congreso de París del 53. Sin embargo, su colega francés el doctor Paul Chevalier le cita incluyéndole entre uno de los 7 hematólogos más importantes del mundo.
Al año siguiente, Francisco consigue el que probablemente sea el logro por el que más se le recuerde, capta la fotografía del virus de la leucemia. Sin los medios avanzados con los que se contaba en otras partes del mundo, utilizó una vieja técnica de su padre: coloró el virus del tracoma permitiéndole teñirlo en su clámide incolora. Su inédito logro fue ratificado por otros importantes investigadores de Europa.
Sus investigaciones sobre la leucemia le permitieron curar a más de 400 enfermos de dicha enfermedad de los más de 1.600 que fueron a su consulta. Un porcentaje realmente alto e inédito en aquella época.
Sin embargo, en 1958 el gobierno decide suprimirle la única pequeña subvención a la Sección de Hematología de Alicante procedente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sin alegar ninguna razón. En aquel año, Francisco tenía ya 79 años y este hecho determinó su retirada definitiva de la investigación. Falleció poco después a causa de un proceso gripal que agudizó la dolencia renal que padecía desde hacía algún tiempo.
Aprovechando el silencio de la medicina española respecto a la figura de Francisco Mas durante tantos años en el franquismo, el Instituto Nacional del Cáncer en EEUU presentó como propio el primer virus leucémico. Ningún profesional de la medicina o autoridad española reivindicó la autoría de Mas Magro.
Francisco Mas Magro es, sin lugar a dudas, el gran científico alicantino del siglo XX. Sus investigaciones aportaron gran cantidad de avances a la medicina y fue reconocido (sobre todo en el extranjero) como uno de los más brillantes investigadores de su época. Es considerado como el padre de la hematología española, así como uno de los más importantes integrantes de la llamada “generación de sabios”, compuesta por los sucesores científicos de Ramón y Cajal.
Una pequeña plaza en Alicante lleva actualmente su nombre, situada en el Plà. En los 80, el Instituto Gil-Albert presionó al Ayuntamiento para que también colocasen una placa en la que fue su residencia y lugar de consulta en Calvo Sotelo.
FUENTES:
- “40 ALICANTINOS”, Tirso Marín Sessé
- Alicante Vivo (www.alicantevivo.org)
- Wikipedia