Varela Isabel, Emilio

Fecha de nacimiento: 
6 de noviembre de 1887
Lugar de nacimiento: 
Alicante
Fecha de fallecimiento: 
6 de enero de 1951
Lugar de fallecimiento: 
Alicante
Profesión: 
Artista
Padres: 
Emilio Varela y Manuela Isabel
Hermanos: 
Manuel y 5 más
Biografía: 

Alicantino de Oro  

 

Nació en la calle Barón de Finestrat, en el número 43. Su padre regentaba una taberna en la propia casa donde vivían. Estudió primaria en el Colegio La Educación. Siendo aún adolescente formó su propia compañía teatral con algunos amigos, llamada "Ventura de la Vega". Emilio solía encargarse de los decorados, demostrando ya un naciente interés artístico.

Con 12 años ingresa en la Academia de Lorenzo Casanova.  También recibe enseñanzas particulares de los artistas Adelardo Parrilla y Lorenzo Pericás.  Este último le animó a exponer por primera vez en 1903 en la “Exposición Artísticas e Industrial de la Provincia” que se celebró en el Ayuntamiento.

Durante su juventud, Emilio se enamoró de una joven llamada Lolita Marín. Aunque fue más bien un amor platónico, esta mujer inspirará decisivamente la obra de Emilio durante el resto de su vida.

El escultor Vicente Bañuls fue consciente del gran talento del joven Emilio de 16 años y le propuso ir a Madrid para aprender directamente del contrastado artista Joaquín Sorolla. Consiguió convencer a su padre de la difícil decisión de ver partir a su hijo adolescente a una ciudad extraña y de realizar el complicado desembolso económico que ello suponía.

Rápidamente el pintor valenciano se dio cuenta que las alabanzas de Bañuls no eran ni mucho menos desproporcionadas. Le llegó a coger verdadero aprecio y ambos disfrutaron descubriendo la pintura vanguardista que se llevaba en Francia así como desarrollando el talento del alicantino más allá de los rigurosos esquemas academicistas. También Varela coincidió aquí con otros distinguidos discípulos de Sorolla, como Tomás Murillo o Salvador Tuset.

En 1906 obtendría su primera mención honorífica por parte del jurado de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, por su obra “Gitanas”.

Al año siguiente, sus padres no pudieron seguir sufragando los gastos que ocasionaba su estancia en Madrid. La familia pidió ayuda económica a la Diputación de Alicante, pero se rechazó concederle subvención alguna.

 

La vuelta a Alicante le resultó un tanto difícil, ya que sus nuevos conocimientos eran a menudo incomprendidos en un ambiente artístico tan provinciano como el alicantino, exceptuando a un número muy reducido de artistas. Esta incomprensión unida a su innata timidez le llevó a unos años de cierto estancamiento en los que prácticamente se dedicó a pintar autorretratos y paisajes.

Un punto de inflexión le supone el descubrimiento en 1915 de la sierra alicantina de Aitana, concretamente del Valle de Guadalest. Sabe captar la esencia de los increíbles y bellos paisajes y pueblos de la montaña alicantina, con un estilo personal de impresionismo vibrante muy alejado de los cánones de la época y de la provincia alicantina. Utilizaba y combinaba colores que daban a sus obras unos matices saturados en los que todo era dinamicidad, y al mismo tiempo una sutileza poética impresionante.

Poco a poco su obra va gozando de más aceptación y comprensión. Conoce a los principales estandartes de los círculos intelectuales alicantinos, como Gabriel Miró, Germán Bernácer o Óscar Esplá, con quien contrajo una gran amistad. Expone en el Centro de Escritores y Artistas e incluso un par de veces en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En éste último obtuvo un gran éxito con su exposición de 1922, e incluso la prestigiosa revista francesa Reveu Moderne des Arts et de la Vie le brinda una destacada mención.

Al año siguiente obtiene numerosas críticas positivas en la “Manifestación de Arte Valenciano” organizada en el Retiro de Madrid e incluso el Museo Nacional de Arte Moderno le compra su “Rac”.

Mención aparte merecen sus numerosas exposiciones en el Ateneo de Alicante. En 1923 expone sus paisajes realizados de Aitana en el mismo día de su inauguración. Desde entonces, prácticamente todos los años hasta 1936 Valera protagonizó alguna exposición artística en el nuevo centro cultural. Sobresalieron especialmente las de 1927 y 1929 en las que se presentaron 70 y 58 obras respectivamente, algunas tan destacadas como: “Elche”, “Paseo de los Mártires de la Libertad”, “La Ciudad”, “La Masía del Molí”, “La Calle Lepanto”, “Altas Palmeras” o “Guadalest”. También fue muy comentada la de 1935 de 40 cuadros, entre los que estaban: “Tarde”, “Paseo de Palmeras”, “La calle blanca de Levante” o “El Castillo y sus casas pobres”.

Como se ha mencionado, sobretodo pintaba paisajes, tanto de la Sierra de Aitana como de otros lugares de la provincia; aunque también era muy dado a los autorretratos. En 1936, justo antes de la Guerra Civil, haría la que sería su última exposición individual en el Ateneo, en la que destacó su obra “Santa Faz (Carrer de la Mitja Galta)”.

Emilio no llegó a casarse nunca. Pero si tuvo un amor que marcó fuertemente su vida. Se llamaba Lolita Marín y marcó decisivamente su vida y obra.

La Guerra supone un parón devastador para el arte español en general, y también para la carrera artística de Varela en el momento de su mayor apogeo. Muchos de sus amigos murieron o huyeron. A partir de esta época empieza a sufrir una serie de depresiones que le acompañarán durante toda su vida y mermarán considerablemente su progresión artística.

Tras el fin del conflicto bélico, apenas realizará unas cuantas exposiciones colectivas durante los primeros años de la Posguerra, como la organizada por el diario Gaceta de Alicante (1940), la de la Hoguera de Alfonso el Sabio (1942), la “Exposición Provincial de Bellas Artes” convocada por la Diputación de Alicante donde obtuvo una Primera Medalla y también en su misma segunda Edición, en la cual se alzó con el Primer Premio.

Poco antes de morir, el crítico de arte Sánchez-Camargo le anunció la decisión de incluirlo en el prestigioso Salón de los Once, auspiciado por el célebre Eugenio d’Ors.

Emilio Varela Isabel fallece en la misma casa que le vio nacer a la edad de 63 años. Es comúnmente considerado como el mejor pintor alicantino de la primera mitad del siglo XX.

En el año 2016 la Diputación alicantina le nombró Hijo Predilecto de la provincia.

 

CUADROS

"Isolda Esplá" 1929
"Paisaje de Aitana con árboles y figuras" 1931
"Castillo de Santa Bárbara y el barrio de Santa Cruz" 1932
Retrato de Manuel Baeza 1946
Autorretrato  
Autorretrato  
Autorretrato  
"Azoteas y casas de Alicante"  
"Bernia desde el Trestellador"  
"Bodegón cubista de la máquina de escribir"  
"Calles y azoteas del barrio de Santa Cruz"  
"Castell de Guadalest"  
"El Molí de Benimantell"  
"El valle de Guadalest"  
"Paisaje de la Marina"  
"Paisaje urbano"  
"Paisaje urbano"  
"Paisaje urbano"  
Retrato de Eduardo Irles  
"Santa Cruz y el Benacantil"  
"Vista de Alicante, calle de Cervantes y plaza del Ayuntamiento"  

 

HOGUERAS PLANTADAS

Santa Cruz 1934
Plaza del Puente (con Gastón Castelló, Melchor Aracil y Abad Miró) 1944

 

FUENTES:

ARTE SIGLO XX EN ALICANTE”. “La pintura en Alicante a través de sus creadores (1918-60)”. Dionisio Gázquez Méndez.

Wikipedia

 


           

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