Defensa artillera de Alicante ante el asedio francés (1812)
Tras la invasión militar ordenada por el emperador francés Napoleón Bonaparte sobre España y el levantamiento popular en contra de los invasores en 1808, dio comienzo la Guerra de la Independencia. Las victorias españolas en Bailén y Alcañiz impidieron a las tropas galas llegar hasta el Levante. Sin embargo en 1811 el ejército napoleónico logró varias victorias en el Mediterráneo español, logrando un importante triunfo en la batalla de Sagunto y conquistando Valencia el 9 de enero de 1912.
El 16 de enero un regimiento de tropas francesas comandadas por el general Louis-Pierre Montbrun llegó a los alrededores de Alicante. Los franceses tomaron posiciones y colocaron cañones de artillería por Los Ángeles, Altozano, el monte Tossal y las cercanías a Fontcalent.
El gobernador alicantino Antonio de la Cruz ordenó a los soldados españoles que colocaran también todos los cañones existentes en la ciudad apuntando hacia las tropas galas. En aquella época Alicante estaba totalmente rodeada de murallas, por lo que la artillería se ubicaba en diversos torreones y en el Castillo de Santa Bárbara.
Ya en junio había llegado un falso rumor de un desembarco francés cerca de Alicante, por lo que las tropas españolas acuarteladas en la ciudad reaccionaron bastante rápido y tomaron sus posiciones. Montbrun ofreció a de la Cruz rendir la ciudad pacíficamente, pero el gobernador rechazó esta oferta.
Así pues los soldados franceses abrieron fuego hacia Alicante, y los españoles respondieron de igual forma. En el dibujo vemos a los artilleros españoles que dispararon desde el Torreón de la Ampolla, ubicado junto a la ermita de Santa Cruz. El oficial que dirige los disparos es el capitán Vicente Torregrosa.
Precisamente un proyectil que salió de este cañón fue a parar justo al polvorín de los franceses que habían colocado en el Convento de Los Ángeles. Fuera por suerte o por prodigiosa puntería, lo cierto es que el disparo no pudo ser más certero. La explosión provocada fue tan brutal que algunos soldados franceses perecieron, varios de sus cañones resultaron destruidos, el Convento fue prácticamente derruido y gran parte de la pólvora gala se echó a perder.
Ante esta situación, al general Montbrun no le quedó otro remedio que ordenar la retirada de sus tropas hacia Valencia. El ejército napoleónico intentaría otra vez conquistar Alicante en abril, pero de nuevo volvieron a fracasar en su intento. Como resultado de estas 2 exitosas defensas, la ciudad alicantina permaneció siendo española durante toda la Guerra de la Independencia. Un logro que ninguna otra capital de provincia compartió durante los 6 años que duró esta contienda bélica, salvo Cádiz.
Este dibujo fue realizado por Emilio Marín en 2019.
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