Hotel Palas
En el siglo XVIII los condes de Soto Ameno construyeron un nuevo edificio en la Puerta del Mar. Se trataba de los Scorcia, una familia nobiliaria adinerada procedente de Italia y establecida en Alicante desde el siglo XVI. Posteriormente se conoció al inmueble como “Fonda de Vapor”.
En 1822 el edificio acogió durante un breve periodo de tiempo las primeras sesiones que celebraba la recién fundada Diputación de Alicante.
A mediados del siglo XIX los condes vendieron el edificio y fue reconvertido a hotel. Tuvo varios nombres a lo largo de los más de 100 años que se dedicó a la hostelería: “Hotel Roma y Marina”, “Vapeur”, “Iborra”, “Simón”, “Gran Hotel” y “Palace”.
En 1939 las autoridades franquistas obligaron a los dueños a cambiar el nombre (cabe recordar que Francia era un país enemigo en la Segunda Guerra Mundial). Por ello perdió su nombre francófono "Palace" y pasó a llamarse "Palas".
El hotel Palas se convirtió en uno de los más simbólicos establecimientos de la urbe alicantina y vivió épocas de gran esplendor. Durante muchos años fue el hotel más lujoso de la ciudad.
Paradójicamente, con el boom del turismo en los 80 sufrió una cierta decadencia al ver multiplicada su competencia. Finalmente, acabó cerrando sus puertas en 1998. Su último dueño fue Pedro Creixell.
El edificio fue comprado por una empresa de Benidorm llamada Hermanos Ávila, participada por el promotor Antonio Solana. Tenían la intención de volver a habilitar el hotel. La empresa mostró la intención de reconstruir el interior del edificio, sin embargo el Ayuntamiento lo prohibió al tratarse de un inmueble histórico.
No obstante, en 1999 hubo un incendio que mermó gravemente el interior del edificio. Se especuló acerca de la intencionalidad del mismo, aunque la empresa responsabilizó a unos indigentes que habitaban ilegalmente en él.
Pero no se consiguió llegar a ningún acuerdo. La empresa presentó varios proyectos de reconstrucción al Ayuntamiento que siempre fueron rechazados. Al final, decidieron ponerlo a la venta.
El edificio entró en un estado de considerable deterioro. En 2003 la Cámara de Comercio compró el inmueble con el compromiso de ejecutar una completa restauración. El Ayuntamiento también participó en la operación de compra.
Las obras duraron varios años. Finalmente, toda la decoración interior se perdió, y solo se mantuvo la fachada de la casa original.
Sobre 2009 la Cámara de Comercio al fin pudo inaugurar su nueva sede. No obstante, debido a problemas económicos, 4 años después la Cámara decidió volver a su antiguo edificio en la Plaza Ruperto Chapí y desde entonces el edificio fue alquilado al Ayuntamiento, que tiene aquí las concejalías de Urbanismo, Turismo y Personal.