Monasterio de San Faz
En 1489 la Huerta de Alicante pasaba por una época de gran sequía. Por ello al párraco sanjuanero Pedro Mena propuso organizar una procesión de rogativa portando una tela que le había regalado su amigo el cardenal Rodrigo de Borja (futuro papa Alejandro VI), que supuestamente era un pliegue de la Santa Faz (el paño donde la mujer Verónica limpió la sangre de Jesús en su subida cargando la cruz hacia el Monte de los Olivos de Jerusalén.
En un principio el propio Mena dudó de que esta tela fuera realmente la Santa Faz, pero empezó a sospechar que podría tener poderes milagrosos cuando observó que cada vez que la guardaba en el fondo de un arcón aparecía siempre arriba del resto de objetos.
Así pues el 17 de marzo de 1489 celebraron dicha procesión. Cuando llegaron a la altura del Barranco de Lloixa, el sacerdote Francisco Villafranca que entonces portaba el lienzo sintió que le pesaba mucho. Según cuenta la tradición, entonces una lágrima brotó en el ojo de la cara de Jesucristo dibujada en la tela.
8 días después de este primer milagro, el padre Mena convocó a los agricultores y vecinos alicantinos para realizar una segunda procesión de rogativa frente a la Ermita de Los Ángeles. Aquí, según la tradición, se dio un nuevo milagro cuando el lienzo se elevó y aparecieron 3 imágenes más de la Santa Faz en el cielo. Acto seguido comenzó a llover.
Tras estos sucesos, la Orden de los Jerónimos quiso construir un templo en el lugar donde había ocurrido el primer milagro, para lo que lograron permiso real por parte de Fernando II de Aragón 'el Católico'. Así nació la Iglesia de Santa Faz. El propio papa Inocencio VIII expidió una bula de 100 días de indulgencia para todos aquellos que acudieran al templo y contribuyeran económicamente a su construcción.
Pocos años más tarde la iglesia se transformó en un monasterio, para que los monjes pudieran residir aquí y custodiar la reliquia. Sin embargo en 1515 los monjes jerónimos abandonaron el templo debido a varias disputas internas. Así pues en 1518 el monasterio pasó a estar regentado por la orden de Santa Clara, instalándose 7 monjas clarisas.
En 1525 el papa Clemente VII autoriza a que se celebre cada año una romería católica en conmemoración al Milagro de la Lágrima, aunque probablemente esto ya se venía haciendo desde que ocurrió. Esta romería fue conocida como La Peregrina de Santa Faz, por la cual los vecinos alicantinos acudían a esta iglesia para rezar ante la reliquia y pedirle un deseo.
Durante uno de los frecuentes ataques piratas que por aquella época sufría Alicante, en 1540 trataron de robar la reliquia del Monasterio de Santa Faz. Afortunadamente los vecinos y las autoridades defensivas lograron evitarlo.
15 años más tarde se estableció el Monasterio de Santa Faz como el lugar donde debían refugiarse las mujeres y los niños en caso de ataque pirata sobre la zona de la huerta. Seguramente motivados por esto hacia esta época se acomote una gran reforma para transformar el templo original en un edificio de mayores dimensiones. Aunque el inmueble original ya tenía una pequeña torre, se construyó una más grande para poder defenderse mejor de los piratas. Se calcula que las obras terminaron hacia 1580.
El artista valenciano Juan Conchillos Falcó en 1680 dibujó unas pinturas en el camarín que recrean los 2 milagros que supuestamente acontecieron en 1489. En esta misma época la Santa Sede inició una investigación interna para corroborar la autenticidad de varias reliquias, entre ellas el pliegue de la tela de la Santa Faz que estaba en Alicante. Por ello una delegación se desplazó desde Roma hasta el Monasterio alicantino en 1690 para estudiar el lienzo, pero no resolvieron que fuera falso.
Al siglo siguiente se acometió otra nueva gran reforma, dándole una estructura barraco propia de la época al templo así como se construyó nuevo retablo. Para costear estas obras en 1763 las familias más pudientes de Alicante acordaron contrubuir con 490 libras valencianas.
En la Guerra de la Independencia el edificio fue incautado por el ejército español para convertirlo en cuartel militar en previsión de otro posible ataque francés tras los 2 intentos fallidos de conquistar Alicante que se produjeron en 1812. Durante un año las monjas clarisas se trasladaron al Convento de las Agustinas, llevándose también la reliquia.
El 11 mayo de 1931 se produjo una quema de edificios religiosos en Alicante y algunos exaltados también intentaron incendiar el Monasterio de Santa Faz. Afortunadamente el alcalde Lorenzo Carbonell logró evitarlo. Por ello durante los siguientes años las monjas clarisas le regalaron una torta de almendra y una imagen de la Faz Divina por su compleaños como agradecimiento.
El 26 de julio de 1936, varios exaltados comunistas asaltaron el Monasterio de la Santa Faz con el fin de causar destrozos. Los asaltantes destrozaron la pila bautisma renancentista, el retablo barroco, las estatuas de la portada y algunas valiosas piezas más. Afortunadamente el alcalde pedáneo Antonio Ramos Alberola acompañado por el vecino Vicente Rocamora se habían anticipado a este asalto y se habían llevado antes la tela de la Santa Faz para esconderla en un lugar seguro lograron poner la reliquia a salvo.
La tela estuvo durante un tiempo resguardada en la Diputación hasta septiembre, cuando el funcionario Francisco Ramos Ayús llegó a un acuerdo con el cónsul argentino Eduardo Barrera para esconder la Santa Faz en Villa Marco (finca de El Campello propiedad de René Bardin, la cual durante la guerra se convirtió en la sede del Consulado de Argentina).
Durante el resto de la guerra el Monasterio perdió sus funciones religiosas y pasó a ejercer de fábrica de aviones. Terminada la contienda bélica el edificio recuperó su condición de templo, aunque la Romería de Santa Faz no se reinició hasta 1943. Durante todo este tiempo se acometieron varias obras de restauración en el inmueble para subsanar los daños sufridos y el arquitecto Juan Vidal realizó un nuevo altar considerablemente más grande que el anterior.
Por aquella época se descubrió que en el testamento que había escrito el famoso navegante español Juan Sebastián de Elcano del siglo XVI había solicitado que si fallecía sin haber podido realizar La Pelegrina, algún otro marinero la hiciera en su nombre y donara 24 ducados a las clarisas. Por eso en 1944 el almirante Francisco Bastarreche cumplió con esta promesa de Elcano en un acto en el que fue acompañado de varios marineros alicantinos. Todavía hay una placa en el Monasterio que recuerda este hecho.
Las últimas obras importantes sobre el edificio se realizaron en 1975.
En 1976 fue enterrado el célebre músico alicantino Óscar Esplá en el Monasterio. 9 años más tarde también fue sepultado aquí el famoso artista colivenco Eusebio Sempere.
En 2018 las clarisas abondonaron el Monasterio de Santa Faz, justo cuando cumplían 500 años custodiando la reliquia, alegando falta de monjas suficientes. Desde entonces las Monjas Canónigas Lateranenses de San Agustín, conocidas popularmente como Monjas de la Sangre, ocupan su lugar.
Por primera vez en 78 años La Peregrina de Santa Faz no se celebró en 2020 debido a la pandemia mundial de coronavirus. En su lugar se celebró una misa sin público dentro del Monasterio, que fue televisada.
FUENTES:
- "EL MONASTERIO DE LA SANTA FAZ: EL PATRONATO DE LA CIUDAD, 1518-1804" Enrique Cutillas
- Wikipedia