Ataque cantalonista cartagenero sobre Alicante (1873)
Los soldados republicanos atrincheran el Raval Roig |
Defensa del Puerto
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El general Ceballos supervisa la artillería del Baluarte de San Carlos |
Bombardeo visto desde el mar (27-9-73) |
Intercambio de fuego desde la Puerta Nueva (27-9-73) |
Beligerantes: | |
CANTÓN DE CARTAGENA |
REPÚBLICA ESPAÑOLA |
Comandantes: | |
Antonio Gálvez Leandro Cabreras |
Francisco de Ceballos |
Fuerzas en combate: | |
2 fragatas 1 barco a vapor Varios soldados |
400 soldados Otros militares y civiles voluntarios |
Duración de la batalla: | |
20 de julio - 27 de septiembre de 1873 | |
Bajas: | |
Ninguna | 8 fallecidos |
Resultado: | |
Victoria del Gobierno de España | |
Consecuencias: | |
- Nacimiento y disolución del efímero Cantón de Alicante - Las murallas de la ciudad son derruidas |
ANTECEDENTES:
Tras el golpe de estado triunfante ocurrido en 1868, apodado como "La Gloriosa", la reina Isabel II fue obligada a abandonar España. Se estableció así un gobierno provisional que se debatía entre acercarse a un sistema republicano o encontrar un nuevo rey. Tras varias vicisitudes acabó por decantarse por la segunda opción, siendo el elegido para el trono español Amadeo de Saboya. Quedó instaurada entonces una monarquía parlamentaria en una España democrática.
Luego de un corto y accidentado reinado de 3 años (1870-1873) el rey Amadeo I acabó abdicando ante la ingobernabilidad manifiesta de los españoles. El 11 de febrero de 1873 los diputados del Congreso votaron a favor de proclamar la República y quedó un gobierno provisional liderado por el Partido Republicano Federal.
La República ni mucho menos acabó con la inestabilidad política del país, bueno prueba es que en los primeros 11 meses hubo 4 presidentes del gobierno diferentes. Desde el 28 de junio el alicantino Eleuterio Maisonnave fue nombrado Ministro de Estado.
Los sucesivos gobiernos republicanos se enfrentaron a un país en pie de guerra, ya que en el norte se estaba desarrollando la Tercera Guerra Carlista. Por si fuera poco, en varios puntos de España se estaban produciendo revueltas violentas de carácter cantonalista desde el verano. En general estos cantonalistas eran partidarios de la no existencia de un único estado español y defendían una especie de federación de pequeños estados o cantones que según el caso tenían el tamaño de región, comarca, ciudad o incluso de un pueblo.
Una de las rebeliones cantolanistas más exitosa fue la ocurrida en Cartagena el 12 de julio de 1873, hasta el punto de que sus líderes el diputado murciano Antonio Gálvez Arce "Antoñete" y el general Juan Contreras proclamaron el Cantón de Cartagena como un estado separado de la República. Las tropas rebeldes cantonalistas se hicieron con el control de todas las fragatas navales que estaban en el puerto cartagenero, las más modernas del ejército español. Acto seguido trataron de conquistar todas las ciudades de los alrededores para ampliar el recién proclamado Cantón.
LA BATALLA:
El 20 de julio de 1873 la fragata Victoria partió desde Cartagena en dirección a Alicante, comandada por el diputado Antonio Gálvez.
El gobernador militar Juan Ruiz Piñeiro, en lugar de hacer frente a los cantonalistas, huyó a San Vicente del Raspeig con las tropas a su mando. Probablemente desconfiaba de la lealtad de sus propios soldados. Le acompañó también el gobernador civil José Morlius. Así pues las únicas personas armadas que permanecieron en la ciudad fueron los integrantes de la milicia Voluntarios de la República, que no opusieron resistencia ya que muchos se adherieron a la sublevación.
Así pues cuando las tropas cantonalistas llegaron a Alicante desembarcaron pacíficamente. Gálvez instó a las autoridades políticas locales a que se sublevaran contra el gobierno republicano. El alcalde Manuel Santandreu, el presidente de la Diputación Juan Mas y algunos otros concejales aceptaron sublevarse (tal vez amenazados por el posible ataque de la fragata Victoria sobre la ciudad).
Estas autoridades proclamaron entonces el Cantón de Alicante, como parte del de Cartagena. Se instauró una especie de gobierno cantonal alicantino que fue denominado como 'Junta de Salud Pública' al frente del cual se quedó el aspense Antonio Botella.
Uno de alicantinos civiles que más apoyó a los cantonalistas fue José Marcili, quien había perdido ante Eleuterio Maisonnave las elecciones municipales de 1968.
El 23 de julio las tropas cantonalistas partieron de nuevo hacia Cartagena para socorrer esta ciudad, que estaba siendo sitiada por el ejército republicano. Antes de irse Gálvez ordenó requisar el vapor Vigilante (propiedad del ejército español) que estaba anclado en el puerto alicantino y también una importante cantidad de víveres para ayudar a sus compañeros cartageneros.
Apenas se fueron de Alicante, varias autoridades políticas leales a la República aprovecharon la ocasión para dar una especie de golpe municipal y recuperar el poder de la ciudad. Por tanto, el recién nacido Cantón de Alicante solo tuvo 3 días de existencia.
El Gobierno republicano nombró a Lorenzo Abizanda como nuevo gobernador civil y a Casimiro Esteve como nuevo alcalde. Ambos se encargaron de realizar una purga entre los Voluntarios de la República para expulsar a los milicianos partidarios del Cantón de Cartagena, mediante un bando municipal publicado el 2 de agosto. Con dicho objetivo cumplido Abizanda regresó a Madrid y el Gobierno republicano nombró a Norberto Piñango como sustituto. También se cambio al gobernador militar, asumiendo Francisco Canaleta el cargo. El cantonalista Marcili fue detenido y confinado en el Castillo de Santa Bárbara.
A principios de septiembre Salmerón presentó su dimisión como Presidente de la República. Su sustituto Emilio Castelar designó a Eleuterio Maisonnave como Ministro de Gobernación, quien a su vez envió a 300 soldados del Batallón de África para proteger Alicante.
El Cantón de Cartagena continuó resistiendo y de nuevo organizó una misión militar para reconquistar Alicante. En esta ocasión los cantonalistas mandaron una escuadra compuesta por 2 fragatas (Numancia y Méndez Núñez) y 1 vapor (Fernando el Católico) ahora con Leandro Cabreras al mando. Destacaba entre estos barcos el buque Numancia, probablemente el más moderno de toda España, con chapa blindada y red eléctrica propia.
Los cantonalistas llegaron a aguas alicantinas el 19 de septiembre. En una primera comunicación con las autoridades locales republicanas les solicitaron un pago de 50.000 pesetas, y les dieron un plazo de 96 horas para pagarles o rendirse. Durante este plazo hasta 13 barcos ingleses, franceses, italianos y alemanes arribaron al Puerto para rescatar a ciudadanos de estos países. Algunos de estos barcos se quedaron fondeando en la bahía para tratar de retrasar el bombardeo cantonalista lo máximo posible.
Mientras tanto el ministro Maisonnave, al conocer que su ciudad natal estaba siendo sitiada, acudió desde Madrid para organizar la defensa militar llegando a Alicante el 25 de septiembre. También vinieron los generales Arsenio Martínez Campos y Francisco de Ceballos, aunque el primero acabó marchándose por desencuentros con el gobernador civil Piñango. Como segundo hombre militar (por detrás de Ceballos) se quedó Pascual Sanjuan Valero.
Muchas familias alicantinas abandonaron la ciudad. El propio Maisonnave organizó la rápida evacuación de cuantos niños, mujeres y ancianos pudo. Aquellos vecinos alicantinos que permanecieron o bien se unieron a formar parte de las baterías militares que se organizaron, o bien se quedaron confinados en sus casas prácticamente sin salir durante estos tensos días.
Maisonnave también destituyó al alcalde Esteve y puso en su lugar a Juan Leach, quien era una persona de mayor confianza suya para organizar la defensa. En aquella época las murallas frente al mar estaban bastante deterioradas e incluso algunas habían sido ya derribadas, por lo que los republicanos basaron su estrategia defensiva en colocar cañones artilleros por todos los puntos posibles de la ciudad en dirección hacia los buques cantonalistas.
A las 6:00 de la mañana del 27 de septiembre la flota cantonalista cartagenera abrió fuego sobre la ciudad. El bombardeo duró 6 horas, en las cuales lanzaron unas 500 bombas provocando 8 víctimas mortales (2 niños, 2 mujeres, 3 carabineros y 1 artillero). Los proyectiles también destrozaron varios edificios y causaron daños en el Castillo. Además hubo 40 heridos.
Desde Alicante se respondió al bombardeo con fuego artillero que no causó ningún muerto entre los cantonalistas, pero sí suficientes daños en los barcos para que descartaran un intento de desembarcar en la ciudad.
Finalmente Cabreras vio evidente que la toma de Alicante era imposible, por lo que ordenó detener el ataque. Los tres buques cantonalistas abandonaron la bahía alicantina esa misma tarde y regresaron hacia Cartagena.
CONSECUENCIAS:
- El fracaso en la toma de Alicante supuso un punto de inflexión para el Cantón de Cartagena, que acabaría desapareciendo menos de 4 meses después. A pesar de ello fue el movimiento cantonal que más tiempo resistió de toda España en su pulso contra el Gobierno republicano. La República no duró mucho más, pues acabaría cayendo en diciembre de 1874.
- Durante los siguientes meses hubo una cierta represión política en la ciudad hacia aquellas personas que habían apoyado el Cantón de Alicante, si bien no fue demasiado fuerte pues los acontecimientos políticos cambiaron bastante rápido en España.
- La exitosa defensa de la ciudad a pesar del estado ruinoso de las viejas murallas evidenció que éstas habían perdido ya su antigua función militar. Por tanto durante los siguientes años fueron definitivamente derribadas hasta su demolición casi total en 1878. Tan solo quedaron en pie las más próximas al Castillo de Santa Bárbara en el Monte Benacantil. Parte del espacio desocupado sería aprovechado para instaurar las vías ferroviarias que conectaron el Puerto en 1887 con la Estación de Benalúa.
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