Ataques piratas sobre Alicante durante el siglo XVI

Fecha: 
Siglo XVI
Descripción: 

Torre del Conde

 

Beligerantes:

Piratas norteafricanos

Otros piratas y corsarios

CORONA DE ARAGÓN / REINO DE ESPAÑA
Comandantes:

Hermanos Barbarroja

Dragut

Otros piratas y corsarios

Felipe II

Virreyes de Valencia

Alcaides de Alicante

 
Fuerzas en combate:
Desconocidas Desconocidas
 
Duración de la batalla:
Varios ataques a lo largo del siglo XVI
 
Bajas:
Desconocidas Desconocidas
 
Resultado:
Disputado
 
Consecuencias:

- Importantes pérdidas de vidas humanas y de bienes materiales

- Construcción de numerosas torres defensivas, especialmente en la Huerta de Alicante

- Ampliación del Castillo de Santa Bárbara

- Ampliación del Monasterio de Santa Faz

- Mayor militarización de la costa

- Desaparición de la población musulmana

 

ANTECEDENTES:

Durante el siglo XV los ataques piratas sobre las costas alicantinas se había incrementado considerablemente. Normalmente estos ataques eran perpretados por piratas y corsarios catalanes, mallorquines, genoveses, venecianos, franceses, valencianos o portugueses. Aunque en este siglo los más protagonistas fueron los piratas musulmanes que venían del norte de África.

En algunos casos los asaltantes eran grupos organizados que actuaban por su cuenta, mientras que en otros eran los propios estados quienes los contrataban para atacar a las naciones rivales. Aquí radica la diferencia entre un pirata y un corsario, pues estos últimos poseían 'patente de corso' (un permiso oficial de una nación para atacar, por el cual se quedaban con un porcentaje de lo robado).

El modo de proceder más habitual que tenían durante esta época no era abodar barcos sino más bien asaltar pueblos y ciudades costeros. Su modus operandi normal consistía en acercarse a la costa por sorpresa, desembarcar un cuerpo de tropa y proceder a saquear la zona, volviendo con rapidez al barco antes de que llegaran soldados a hacerles frente. Por esto el botín más codiciado eran personas y animales vivos pues podían moverse por sí mismos y eran fáciles de transportar. Tambén cosas de mucho valor y poco peso (como oro, joyas o dinero), pero éstas eran más difíciles de encontrar, no solo por su escasez, sino porque eran más fáciles de ocultar. Los humanos capturados se canjeaban luego por dinero o eran vendidos como esclavos.

Ya durante el pasado siglo XV se habían realizado algunos esfuerzos por ampliar o mejorar las fortificaciones de la zona, pero el litoral alicantino aún tenían un sistema defensivo muy precario para protegerse de estos ataques.

Los piratas utilizaban muy habitualmente la Isla Plana (actualmente llamada Tabarca) como base para sus operaciones por nuestras costas.

 

LOS ATAQUES EN EL SIGLO XVI:

El siglo XVI fue en el que más ataques piratas se produjeron sobre Alicante. A continuación numeramos aquellas acciones ade las que tenemos constancia, pero a buen seguro fueron muchas más.

El 26 de julio de 1516 una flota española de vigilancia mandada por el cardenal y gobernador Francisco Jiménez Cisneros avistó 5 barcos de piratas otomanos que venían de causar bastantes estragos por Italia. Se produjo una batalla naval por la cual los barcos españoles hundieron todos los buques piratas, les causaron unas 600 bajas y apresaron a los pocos supervivientes que quedaron. 

En 1518 los hermanos Aruj y Jeireddín Barbarroja, por aquel entonces los piratas más famosos del Mediterráneo, organizaron un ataque desde Argel hacia Alicante.

El 17 de marzo de 1540 varios piratas berberiscos desembarcan en la playa de San Juan e intentan saquear la Iglesia de Santa Faz, pero los vecinos y las autoridades defensivas consiguen evitarlo.

En 1543 los mismos hermanos volvieron a atacar esta zona. En este caso saquearon tanto la Huerta de Alicante como Villajoyosa.

El 24 de marzo de 1550 el pirata Dragut ataca la villa de San Juan consiguiendo un botín muy cuantioso.

Ante el continuo incremento de estos ataques el rey español Felipe II impulsó un nuevo sistema defensivo en las costas basado en la construcción de nuevas fortificaciones. Se edificaron numerosas torres vigía de manera que cada una debía quedar visible, como mínimo, por otras 2 torres a norte y sur. Además también cada cierta distancia debía haber un castillo o cuartel.

La construcción de dicho sistema defensivo fue obra sobre todo de los arquitectos Juan Bautista Antonelli y Vespasiano Gonzaga. Aunque el proyecto diseñado por ellos nunca fue terminado en su totalidad, se construyeron numerosas torres, castillos y cuartales por toda la costa alicantina. 

En el caso de Alicante ciudad su sistema defensivo constaba de una torre en Aguamarga, su Castillo de Santa Bárbara, un cuartel en el Puerto, otra torre en el Cabo de la Huerta, un puesto en Zofra (sobre la actual playa de Muchavista), una torre en Santa Faz, otra torre acompañada de un puesto en la Illeta de El Campello, otra torre en la Cova del Llop Marí y una última torre en el Barranco de Aguas de Busot. Además la ciudad tenía al sur el Castillo de Santa Pola y al norte el del monte Bernia.

En cada torre había como mínimo 2 guardias pagados por el gobierno, uno a pie y uno a caballo, estos segundos son los llamados atajadores. En los puestos de vigilancia también habían atajadores. El guardia de a pie no podía abandonar la torre y era el encargado de las señales. Los atajadores tenían por misión recorrer la costa entre torre y torre. Si no había peligro se situaba una señal en la fortificación para que la gente pudiera salir tranquila a trabajar.

El sistema de aviso se basaba en el fuego y el humo. La torre que avistaba algún bajel acercándose, encendía dos fuegos simultáneos, que elevaba tantas veces como barcos divisara. Si ya habían desembarcado, se mantenía un fuego continuo y con abundante humo. Por supuesto que también se disparaban cañones desde los castillos, sonar de campanas desde las iglesias, cuernos, trompetas, y cualquier tipo de sonido que pudiera ser oído a una cierta distancia.

Las condiciones para formar parte de este cuerpo de defensa temprana eran no tener antecedentes penales y ser cristiano viejo (cualquier persona que tuviera antepasados musulmanes no podía acceder a estos puestos). El salario de estos soldados vigilantes salía del impuesto sobre la seda y si el ataque fracasaba y se rescataba botín, les era concedido una quinta parte del mismo.

Además durante este siglo la Generalitat valenciana también creó varias compañías de costa cuya función era dar la alerta temprana y retrasar los ataques piratas. El más cercano a Alicante estaba en Villajoyosa, aunque durante un tiempo se trasladó a San Juan.

En 1557 el virrey de Valencia, Bernardino de Cárdenas, encarga un informe a un militar llamado Arrufat para que inspeccione como funciona este nuevo sistema defensivo. Aquí se advierte de la necesidad de incrementar los efectivos militares, así como se recomienda la exención del impuesto de la sisa sobre ciertos productos, pan, carne y vino para fomentar que la población se comprometiera. También se insta a reformar las murallas del Castillo de Santa Bárbara (proyecto llevado a cabo por el arquitecto Antonelli), así como a obligar a los terratenientes de la huerta alicantina a terminar la construcción de las torres que aún faltaban y construir otras nuevas. Igualmente se determina que en caso de ataque pirata, las mujeres y niños de la zona deben dormir en el Monasterio de Santa Faz.

El síndico de Elche también realizó un informe paralelo alertando de que la Isla Plana se había convertido en una isla pirata. "Hay embarcaciones de moros escondidas en dicha isla, que cogen y capturan bajeles y navegantes que pasan entre tierra firme y la isla y los que pasan por el mar, de cuando en cuando". Por este motivo se hicieron obras de reparación en la torre de la isla.

Es mismo año hubo un nuevo ataque de piratas musulmanes procedentes de Argel que desembarcaron en la playa de la Albufereta. Fueron 14 galeras dirigidas por Salah Rais, antiguo lugarteniente de Barbarroja. Sin embargo, fueron repelidos con bastante éxito por los vecinos y las fuerzas del orden.

En 1574 comienzan las obras para construir una torre nueva en el Monasterio de Santa Faz, que tardaron unos cuantos años en terminarse.

En 1587 se realiza un ataque pirata muy ambicioso, en el que atacan coordinadamente tanto a la ciudad de Alicante como a la zona de la Condomina. Los atacantes consiguieron hacer algún presionero en la huerta, pero fueron totalmente rechazados en la ciudad.

En este siglo se mejora el sistema de cañones en barcos, por lo que en los años finales muchos grupos de piratas cambian su modus operanti y prefieren realizar abordajes en alta mar antes que desembarcar en localidades costeras.

En 1597 el rey Felipe II (a petición de Francisco Gómez de Sandoval, virrey de Valencia) crea una milicia especial para la defensa de la costa. A los integrantes de la misma se les confiere honores, exenciones de impuestos y se les autoriza a llevar armas, pero no se les permite salir del Reino de Valencia.

Las visitas de sacerdortes a la Isla Plana para ofrecer auxilio sanitario y espiritual a los secuestrados por los piratas se intensificaron. Sobre todo por parte de las órdenes de los Mercenarios y los Trinitarios.

Hacia esta época también se empiezan a organizar ataques por parte de la flota del Reino de España hacia los asentamientos norteafricanos con más piratas como Orán, Mazarquivir, Argel o Túnez.

 

CONSECUENCIAS:

  • Gracias a todo el sistema defensivo desarrollado a lo largo de este siglo, las autoridades y vecinos empiezan a ganarle la batalla a la piratería en la costa alicantina. Una lucha que ni mucho menos había terminado, y continuará librándose de forma encarnizada en el siglo XVII.

 

  • La zona de la Huerta de Alicante es donde se construyen más torres de vigilancia. Aparece así un nuevo estilo de construcción de casa con torre incorporada, que acaba siendo muy típico de estas tierras. Actualmente todavía quedan 18 en pie: Sarrió, Águilas, de Las Rejas, Cacholí, La Alameda (o de Nicolau), Juana, Placia, del Ciprés, de la Granja de la Condomina (o Lliura), Ferrer, Mauro (o Castillo Ansaldo), Bosch, de la Cadena, de Santiago, Conde, Soto, de Villa García y Boter.

 

  • Además de la construcción de todas estas fortificaciones, el litoral alicantino también se militarizó considerablemente con la presencia de más soldados, guardias vigilantes, atajadores y milicianos.

 

  • Dado a que la mayor parte de los ataques son perpretados por piratas norteafricanos, aumenta el sentimiento de rechazo hacia la población musulmana en Alicante. De hecho se les consideraba cómplices de estos saqueos, pues en alguna ocasión llegaron a colaborar con ellos. Prácticamente los pocos residentes que aún quedaban en la zona se marcharon. Algunos incluso se embarcaron con los propios piratas para irse de Alicante. Los últimos que aún quedaban por la zona la abandonaron definitivamente al ser expulsados de España debido al decreto real expedido por el rey Felipe III en 1609. De hecho el Puerto de Alicante fue uno de los mayores lugares de salida (se calcula que partieron desde aquí unos 30.000 moriscos procedentes de todo el reino español, la mayoría en barcos que iban dirección al norte de África).

 

BATALLAS EN ALICANTE

 

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