Conquista austracista de Alicante en la Guerra de Sucesión (1705-06)
Alicante en el siglo XVIII |
Plano de Alicante elaborado por las tropas francesas (1706) |
Beligerantes: | |
BANDO AUSTRACISTA: Reino de Gran Bretaña República de los Siete Países Bajos Unidos Tropas españolas austracistas |
BANDO BORBÓNICO: Reino de Francia Ducado de Mantua Tropas españolas borbónicas Jacobistas irlandeses |
Comandantes: | |
Francisco García de Ávila Charles Mordaunt |
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Fuerzas en combate: | |
70 navíos de línea 30 barcos de trasporte 9 pontones Tropas terrestres |
Unos 2.000 soldados |
Duración de la batalla: | |
3 agosto de 1705 - 9 de septiembre de 1706 | |
Bajas: | |
Desconocidas | Desconocidas |
Resultado: | |
Victoria austracista | |
Consecuencias: | |
- Alicante pasa al bando del archiduque Carlos de Austria durante los siguientes años de la Guerra de Sucesión - La ciudad sufre numerosos destrozos, sobre todo en sus murallas y el Castillo de Santa Bárbara - Los hogares alicantinos padecen numerosos saqueos - La Guerra de Sucesión se alarga |
ANTECEDENTES:
En 1700 falleció el rey Carlos II de España. Fue el último de la dinastía Habsburgo, pues murió sin descendencia. Esto planteó un serio problema respecto a quien debía ser el sucesor de la Corona Española. El resto de los países europeos vieron la oportunidad de repartirse los extensos territorios del Imperio Español, y se apresuraron a buscar un candidato que fuera proclive a sus intereses.
Carlos II fijó en su testamento como heredero a Felipe de Borbón, quien fue proclamado rey en 1701. Sin embargo varios países consideraron que el archiduque Carlos de Austria tenía más derechos al trono. Ambos candidatos eran parientes del fallecido Carlos II.
Como consecuencia de esto, Europa se dividió entre ambos candidatos. Por un lado Felipe de Borbón logró el apoyo de Francia (donde también reinaban los borbones), Baviera, Colonia, Mantua, Portugal y Saboya. Por otro lado el archiduque Carlos de Austria tenía el apoyo del Sacro Imperio Germánico, Gran Bretaña, Holanda y Dinamarca. Cabe señalar que Portugal y Saboya cambiaron de bando en 1703.
España también quedó dividida. Por regla general la antigua Corona de Castilla apoyó a Felipe de Borbón mientras que la Corona de Aragón respaldó a Carlos de Austria. Por tanto, estalló una guerra civil con un fuerte intervencionismo europeo entre el bando borbónico y el bando austracista. Popularmente también se les conocía como "botiflers" y "maulets" respectivamente.
A pesar de que Alicante pertenecía a la Corona de Aragón, sus autoridades militares se mantuvieron leales al bando borbónico. Ya en 1691 la ciudad había sufrido un terrible bombardeo por parte de la flota francesa en plena Guerra de los 9 años. Desde entonces se había hecho un esfuerzo por mejorar sus estructuras defensivas, aunque el finalmente dichas mejoras fueron bastante más modestas de todo el proyecto que se planificó. Las principales acciones fueron la construcción de una muralla frente al mar por el barrio de San Francisco y del Fuerte de San Carlos.
La situación de guerra llevó a un considerable estancamiento de la economía local. Muchos alicantinos estaban especialmente molestos de tener a los franceses ahora como aliados, no solo por el recuerdo del bombardeo sufrido en 1691 sino también porque muchos comerciantes galos se estaban aprovechando de la ocasión para comprar productos alicantinos a bajo coste. Por ello el gobernandor Vicente Falcó advirtió que podía haber un levantamiento popular a favor de los austracistas, aunque esto no llegó a ocurrir. Lo cierto es que Alicante se convirtió en un objetivo bélico importante para el bando austricista.
LA BATALLA:
El 3 de agosto de 1705 la ciudad fue bombardeada por una flota británica bajo las órdenes de Charles Mordaunt (el conde de Peterborough). También trataron de tomar la ciudad, pero las tropas austracistas fueron rechazadas por las defensas alicantinas dirigidas por el nuevo gobernador Francisco Martínez de Vera (el Marqués de Bosch). Finalmente Mordaunt descartó la conquista y dirigió su flota hacia Barcelona.
Un segundo intento de conquistar la ciudad alicantina parecía inminente, como así fue. El bando borbónico puso al militar irlandés Daniel O’Mahony al frente de Alicante. Se trataba de un simpatizante de la causa jacobita que había sido exiliado de Gran Bretaña, y por tanto luchaba del lado de los Borbones.
Cuando el nuevo gobernador Mahony llegó a Alicante criticó la mano blanda de su antecesor y reprimió duramente a los alicantinos simpatizantes del bando austracista. Algunos fueron encerrados mientras que otros fueron al exilio. El irlandés pidió ayuda militar por carta a Felipe II.
En enero de 1706 nuevas tropas austracistas arribaron a la ciudad de Alicante comandadas por Francisco García de Ávila, maestre de campo. Sin embargo el asedio resultó un gran fracaso y acabaron retirándose.
El 15 de junio una flota británica-holandesa dirigida por el brigadier Richard Gorges y el almirante John Leake arribó a la bahía de Alicante. Poco después llegaron también tropas austracistas por tierra desde Elche, que sitiaron la ciudad.
Defendiendo la ciudad aproximadamente se hallaban 2.000 soldados, aunque muchos eran civiles armados. Aproximadamente unos 700 eran milicianos de Alicante y Castalla. También habían militares franceses, irlandeses, mantuanos y otros españoles. Mahomy criticó la actitud poco comprometida de los mantuanos.
Las negociaciones entre Mahony y Gorges duraron aproximadamente un mes. Finalmente no hubo acuerdo, por lo que los barcos y fuerzas de tierra austracistas iniciaron un duro bombardeo sobre la ciudad que duró 8 días. En total se dispararon 4.000 bombas y granadas, las cuales fueron dirigidas sobre todo hacia la muralla ubicada frente al mar. Cuando lograban abrir boquetes en los muros algunos soldados aprovechaban para colarse en la ciudad y realizar saqueos, hasta que dichos boquetes eran cerrados por soldados borbónicos e incluso por civiles.
El 8 de agosto la muralla no pudo aguantar más y se derrumbó. Los soldados austracistas dirigidos por Gorges desembarcaron por la playa de Aguamarga, se unieron a las tropas de tierra y entraron entonces en la ciudad, mientras que muchos soldados borbónicos subieron el Monte Benacantil para refugiarse en el Castillo de Santa Bárbara donde continuaron resistiendo.
Acto seguido los soldados austracistas aprovecharon la ocasión para realizar un gran saqueo en los hogares de los alicantinos, sin que sus autoridades militares lo evitaran.
La falta de comida y munición empezó a hacerse latente en el Castillo, que quedó totalmente incomunicado. Por esta razón durante los días siguientes Mahony permitió a varios soldados que huyeran de Alicante. Muchos otros desertaron sin permiso al comprender que la batalla estaba ya perdida.
Finalmente Mahony aceptó la rendición el 6 de septiembre. Como parte del acuerdo, los austracistas permitieron que las tropas borbónicas se marcharan con vida en dirección a Castilla.
CONSECUENCIAS:
- La ciudad de Alicante pasó a formar parte del bando austracista durante los siguientes años de la Guerra de Sucesión. Con la caída de la ciudad alicantina el bando borbónico perdió el control de prácticamente toda la costa mediterránea española. Esto contribuyó a que la guerra se alargase hasta el año 1715.
- Después de haber sufrido 2 ataques bélicos en menos de un año, las estructuras militares de Alicante quedaron bastante destrozadas. Por esta razón Richard Gorge se quedó en la localidad alicantina durante unos meses para tratar de reconstruir y mejorar las fortificaciones, temiendo un nuevo ataque borbónico para reconquistar la ciudad que efectivamente se produjo en 1708.
- Si ya antes de esta batalla la Guerra de Sucesión estaba siendo muy perjudicial para la economía de Alicante, la situación empeoró todavía más al ser conquistada por los austracistas. Además de los saqueos ya referidos, durante los siguientes años todos los esfuerzos económicos se centraron en reconstruir las fortificaciones militares a toda prisa. Las nuevas autoridades incluso llegaron a sondear la idea de incinerar el barrio de San Antón para dificultar el acceso al Castillo, lo cual afortunadamente fue evitado por el rechazo popular de los vecinos.