La armada naval de Francia bombardea Alicante (1691)

Fecha: 
21-29 de julio de 1691
Descripción: 

La flota naval francesa de Luis XIV

Boquetes hechos por los proyectiles en la Iglesia de Santa María

 

 

Beligerantes:

REINO DE FRANCIA

REINO DE ESPAÑA

 
Comandantes:

Victor-Marie d'Estrées

Jaime Antonio Borrás

 
Fuerzas en combate:

4 navíos de línea

5 fragatas

26 galeras

3 galiotas de bombardeo

5 saetías

2 gánguiles

11 cañones de largo alcance

23 cañones de corto alcance

 
Duración de la batalla:
21-29 de julio de 1691
 
Bajas:
Desconocidas Desconocidas
 
Resultado:
Alicante impide el desembarco francés, pero la ciudad sufre enormes destrozos
 
Consecuencias:

- Importante pérdida de vidas humanas

- La mayor parte de los inmuebles de la ciudad resultan destruidos o dañados

- Construcción del Fuerte de San Carlos y de murallas al nivel del mar

- Alicante le gana varios metros de tierra al mar, espacio donde se urbaniza un malecón

 

ANTECEDENTES:

Durante el reinado de Felipe IV se produjo la llamada Sublevación de los Segadores en Cataluña que duró, con mayor o menor violencia, entre 1640 y 1652. Este conflicto está directamente relacionado con las guerras entre Francia y España del siglo XVII. Lo cierto es que desde este momento las relaciones con nuestros vecinos del norte no fueron muy fluidas y la costa mediterránea de España estaba siempre sujeta a la posibilidad de ataques militares de la flota francesa.

En el trascurso del siglo XVII la ciudad de Alicante se había convertido en un importante puerto comercial en el Mediterráneo, lo cual la convertía en un objetivo probable de los franceses. Además el desarrollo del comercio había supuesto la presencia de varias colonias de extranjeros en la ciudad y entre ellas la de los franceses era bastante numerosa. 

En 1641 Alicante comenzó a tomar medidas de precaución. Se repararon y fortificaron las defensas de la ciudad, así como se diseñaron planes de coordinación con otras ciudades vecinas en caso de ataques. Además toda la población de origen francés fue trasladada tierra a dentro. 

La amenaza no era ficticia pues al año siguiente una armada francesa compuesta por 31 barcos fondeó en la bahía alicantina, aunque no llegaron a atacar la ciudad.

Más de 4 décadas más tarde Jaime Antonio Borrás, el gobernador de Alicante, continuaba emitiendo quejas por las deficiencias militares de la plaza. Básicamente acusaba falta de hombres, de cañones, de munición y poco amurallamiento.

Aunque en 1684 España y Francia firmaron una tregua de 20 años, el rey francés Luis XIV la rompió declarando la guerra en 1689. El conflicto se volvió internacional, y fue conocido como la 'Guerra de los 9 años'.

A principios del verano de 1691 el Reino de Francia reunió una gran armada en Marsella que partió hacia Barcelona. Estaba formada por 4 navíos de línea (barcos con 2 puentes y alrededor de 60 cañones), 5 fragatas (parecidos a los anteriores, pero más pequeños, más rápidos y peor artillados), 26 galeras (barcos anticuados, cuya mayor virtud era que se podían mover a remo y por lo tanto maniobrar aunque no hubiera viento), 3 galiotas de bombardeo o carcasas (eran una especie de plataformas con cañones que se trasladaban remolcadas y que se anclaban para disparar cuando empezaba la batalla), 5 saetías o tartanas (barcos pequeños generalmente con vela latina, muy apropiados para la navegación por el Mediterráneo y que se utilizaban como naves vigías o para trasportar víveres o municiones de un navío a otro) y 2 gánguiles (barcos de pesca con dos proas y una vela latina).

La flota estaba dirigida por el almirante Victor-Marie d'Estrées y bombardeó Barcelona con éxito el 11 y 12 de julio. Desde aquí, tomó rumbo hacia Alicante.

 

LA BATALLA:

Se calcula que la artillería de defensa de la ciudad estaba constituida por 11 cañones de hierro de largo alcance y 23 de bronce cuyo alcance era menor. El gobernador alicantino Jaime Antonio Borrás se comunicó con todas las localidades cercanas demandando ayuda. Llegaron hombres desde Jijona, Orihuela, Villena, Elda, Ibi, Biar, Sax, Novelda, Albacete o Yecla para socorrer a Alicante. 

El gobernador puso a los experimentados militares alicantinos Pablo Martínez de Vera y Cristóbal Martínez de Vera (hermanos) a defender la ciudad por el flanco de Baver (Babel). El encargado de dirigir los cañones fue José Pascual del Riquelme, mientras que los hermanos Nicolás y Álvaro Scorcia dirigieron la milicia. El vigía del Castillo de Santa Bárbara era Francisco de P. Ibáñez.

Las monjas clarisas que estaban en el Monasterio de Santa Faz temieron que se pudiera producir un desembarco por parte de los franceses para saquear la Huerta de Alicante, por lo que escondieron la reliquia en las montañas.

Los barcos franceses arribaron la bahía alicantina el 21 de julio por la tarde. En su primera comunicación con el gobernandor Borrás, el almirante francés d'Estrées le exigió el pago de un fuerte tributo a cambio de no bombardear la ciudad.

Sin embargo Borrás se negó a aceptar este chantaje francés e incluso, según algunas fuentes, el propio día 22 por la mañana ordenó disparar contra las naves galas. Hacia las cuatro de la tarde la flota francesa inició un duro bombardeo sobre la ciudad.

Al día siguiente d'Estrées trató de tomar Alicante. Según algunas fuentes varios botes desembarcaron por la playa de Baver, mientras que otras apuntan a que trataron de tomar el Puerto y robar un navío genovés que estaba aquí anclado. En cualquier caso, el ataque galo fue rechazado por la defensa de la ciudad. La armada francesa sufrió al menos 43 bajas en esta fallida operación. 

Los proyectiles franceses continuaron cayendo durante la mañana del día 24, pero la resistencia de Alicante unida a un estado cada vez más bravo del mar obligó a los franceses a tomarse unos días de alto al fuego. Durante estos días de tensa calma, la ciudad abrió sus puertas interiores para que entraran víveres procedentes de otras localidades como Alcoy, Cocentaina, Onil, Bañeres, Planes, Almansa, Onteniente o Bocairente.

El día 27 de julio d'Estrées intentó un nuevo desembarco por sorpresa, pero de nuevo los disparos desde las murallas alicantinas impedieron que los franceses tomaran tierra. El bombardeo sobre Alicante se reanudó en la noche del día 28 y prosiguió durante todo el día siguiente. 

Hay varios cálculos sobre el total de proyectiles que se arrojaron sobre la ciudad. Según algunas fuentes fueron entre 3.500 y 4.000 bombas de 7 a 10 arrobas (esto es entre 79 y 113 kg, aunque probablemente no eran tan pesadas), y unas 600 incendiarias.

Ante la negación del gobernador Borrás a rendir la plaza, la armada naval francesa se estaba quedando ya sin munición y cada vez tenían que acercarse más al Puerto alicantino lo cual les exponía a ser más alcanzados por los cañones de corto alcance. El 30 de julio llegó la noticia a la ciudad de que una gran flota de la Armada Real Española estaba aproximándose a Alicante. Los vecinos hicieron sonar las campanas y tiraron tracas para celebrarlo (y de paso para asustar a los franceses).

La flota gala había sufrido ya varias bajas y se había quedado casi sin munición, por lo que no estaba en condiciones de enfrentar con éxito a la Armada Española. Así pues, D'Estrées ordenó la retirada inmediata. Se separaron en dos grupos para despistar a las naves españolas, algunos tomaron dirección norte y otros dirección este.

Aún así algunos barcos franceses se quedaron atrás en su huída y fueron alcanzados por la escuadra española en diversos puntos del litoral alicantino. La flota nacional dirigida por Juan Domingo Ramírez de Arellano (el Conde de Aguilar) hundió al menos 3 naves enemigas.

 

CONSECUENCIAS:

  • Aunque la resistencia de Alicante fue vista con gran heroismo en el Reino de España, lo cierto es que la ciudad quedó muy destrozada por las bombas francesas. Según las fuentes (aunque tal vez sean exageradas) hacia el 90 % de los más de 2.000 edificios y casas que se hallaban en Alicante resultaron dañados. El propio inmueble del Ayuntamiento sufrió varios daños en su Salón Menor y las instalaciones del Justicia. También varios proyectiles alcanzaron la Iglesia de Santa María, cuyas marcas aún pueden verse. El Castillo de Santa Bárbara también padeció destrozos. Desde luego no hay ninguna duda de que el bombardeo francés de 1691 se trató del ataque militar más brutal sufrido hasta entonces por la ciudad alicantina en toda su historia. No conocemos el número total de víctimas mortales, pero debió ser bastante elevado.

 

  • El rey Carlos II y las autoridades del Reino de España al fin escucharon las reivindicaciones alicantinas para mejorar las defensas de la ciudad. Aún así, como de costumbre, estas mejoras solo se produjeron parcialmente por falta de dinero. Se encargaron varios estudios para aumentar las murallas y las defensas del Puerto a diversos militares e ingenieros, pero solo se ejecutaron algunas de las obras planteadas. La de más importancia fue la construcción del Fuerte de San Carlos en la orilla izquierda de la desembocadura del barranco de San Blas (que por aquellos momentos desembocaba por donde está ubicado el actual parque de Canalejas), cuyo coste presupuestado fue de 5.000 libras. Años después también se construyó una muralla paralela al mar a coste de 1.000 libras para proteger el barrio de San Francisco que conectaba con el susodicho Fuerta de San Carlos.

 

  • Todas estas reformas de la estructura militar resultaron muy importantes durante la posterior Guerra de Sucesión (1701-13), en la cual Alicante también tuvo un papel destacado.

 

  • Por fuera de la nueva muralla de San Francisco se urbanizó un malecón ganando varios metros al mar, en parte aprovechando los escombros de los edificios destrozados por el bombardeo. Este malecón es el primer antecedente de la actual Explanada. Por esto la Plaza de las Barcas (actualmente llamada Plaza de Gabriel Miró), que era el lugar donde tradicionalmente se sacaban del mar las barcas pequeñas de pesca, se quedó sin su acceso directo al agua. Parte de la financiación de estas obras se lograron vendiendo nuevos amarres o varaderos.

 

  • El monarca Carlos II tuvo que costear una operación específica para desminar las bombas que habían quedado en la ciudad sin explotar.

 

 

FUENTES:

- Investigaciones de Federico Rubio

- Alicante Vivo (http://www.alicantevivo.org/2009/05/el-alicante-de-1691-bombardeado-1-parte.html)

https://lamillorterradelmon.com/

 

BATALLAS EN ALICANTE

<- Ataques piratas (siglo XVII)

Conquista austracista en la Guerra de Sucesión (1705-06) ->

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