Rebelión de Boné (1844)
Ejecuciones en Villafranqueza (14-2-44) |
Ejecuciones en el Malecón (8-3-44) |
Manifestación en memoria de los caídos en la Sublevación de Boné (1890) |
Monumento homenaje a los Mártires de la Libertad (1912) |
Beligerantes: | |
SOLDADOS REBELDES |
REINO DE ESPAÑA |
Comandantes: | |
Fernando Roncali Pardo |
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Fuerzas en combate: | |
150 carabineros 50 tropas de caballería Varios cientos de tropas y voluntarios |
Desconocidas (más numerosas) |
Duración de la batalla: | |
28 de enero - 5 de marzo de 1844 | |
Bajas: | |
+400 | Desconocidas (muy inferiores) |
Resultado: | |
Victoria del Gobierno de España | |
Consecuencias: | |
- Destrucción de algunos barrios de la ciudad - Fusilamientos de los cabecillas de la rebelión |
ANTECEDENTES:
La muerte de Fernando VII de Borbón en 1833 creó un problema sucesorio en España, pues no había tenido ningún hijo varón. El rey nombró en su testamento como sucesora a su hija mayor Isabel, que a su fallecimiento solo tenía 3 años, por lo que su madre María Cristina (viuda de Fernando VII) quedó como reina regente hasta que fuera mayor de edad. Esta situación no fue aceptada por Carlos María de Borbón (hermano de Fernando VII) quien reclamó el trono para sí mismo. Así pues estalló una guerra civil en España, conocida como la Primera Guerra Carlista.
En líneas generales, aunque con muchas excepciones, los absolutistas apoyaron a Carlos mientras que los liberales combatieron a favor de Isabel y María Cristina. A estos bandos se les conoció habitualmente como carlistas e isabelinos (o cristinos). La guerra duró 7 años, y finalmente fue ganada por el bando isabelino.
La regente María Cristina aceptó gobernar con una nueva constitución que limitaba sus poderes ejecutivos y establecía una especie de democracia limitada (se celebraban elecciones generales, aunque el sufragio estaba limitado a los ciudadanos varones más adinerados). Así pues se fundaron los 2 primeros grandes partidos políticos españoles: el Partido Moderado y el Partido Progresista.
Tras el fin de la guerra, curiosamente un general que había combatido en el bando isabelino llamado Baldomero Espartero próximo al Partido Progresista protagonizó un golpe de estado para desalojar a María Cristina de la regencia al considerarla favorable al Partido Moderado. El propio Espartero ocupó el puesto de regente hasta 1843, cuando fue depuesto por otro golpe militar protagonizado por el militar moderado Ramón Narváez. Finalmente la princesa Isabel fue proclamada reina a pesar de que aún no era mayor de edad (tenía 13 años).
Esto ni mucho menos solucionó los problemas, pues durante todo el reinado de Isabel II siguieron sucediéndose continuos golpes de estado entre progresistas y moderados para alcanzar el poder.
A principios de 1844 el presidente del gobierno español era el moderado Luis González Bravo, quien había alcanzado dicho cargo gracias al apoyo de Narváez. Su mandato se caracterizó por un retroceso importante de los derechos y libertades civiles que otorgaba la Constitución de 1837. Declaró el estado de sitio, disolvió los ayuntamientos (en Alicante impuso al moderado Miguel Pascual de Bonanza como alcalde), impuso la censura en la prensa y suprimió la Milicia Nacional.
Todas estas restricciones fueron criticadas por políticos y militares progresistas. Uno de ellos fue el coronel aragonés Pantaleón Boné, destinado en esos momentos en la zona de Valencia. Pero Boné no se conformó con las simple crítica, y organizó una rebelión militar contra el Gobierno.
LA BATALLA:
El coronel Pantaleón Boné tomó dirección Alicante a las órdenes de un regimiento compuesto por el batallón de infantería 'Saboya', 150 carabineros y 50 soldados de caballería. Optó por sublevarse en la ciudad alicantina ya que su Castillo de Santa Bárbara le ofrecía mejores posibilidades para acuartelarse y defenderla que en Valencia.
Llegó a Alicante el 27 de enero de 1844. Consiguió convencer a la mayoría de las tropas que estaban destinadas en Alicante de sumarse a la rebelión militar. No tardó más de 1 día en hacerse el control de toda la ciudad. Para anunciar la rebelión hizo sonar las campanas, mandó a sus hombres tocar tambores y disparó un cañonazo desde el Castillo.
El alcalde Miguel Pascual de Bonanza se mantuvo fiel al Gobierno de España presidido por González Bravo, por lo que fue destituido y recluido junto con otros moderados alicantinos que fueron hechos prisioneros en el Castillo. Boné nombró a Cipriano Bergez como nuevo alcalde. También trató de que las noticias de la rebelión llegaran a las localidades cercanas para que se sumaran a ésta, e incluso se desplazó hacia alguna de ellas. Su idea era tratar de seguir extendiendo la sublevación hacia otras provincias colindantes.
Durante los siguientes días Boné trató de preparar las defensas militares de Alicante ante un inminente ataque por parte de las tropas gubernamentales. Para ello repartió sus tropas entre el Castillo de Santa Bárbara, el Castillo de San Fernando, el fortín de San Carlos y las murallas. También reclutó voluntarios simpatizantes de la causa progresista entre los vecinos alicantinos, y ordenó a los sastres alicantinos que confeccionaran uniformes militares para vestirlos. Así mismo también mandó a los panaderos y comerciantes que incrementaran la producción de alimentos.
La temida reacción del Gobierno de González Bravo no tardó en llegar. El presidente ordenó a Fernando Roncali (capitán general de Valencia) y al general Pardo (asentado en Murcia) que partieran hacia Alicante. Para evitar que ambos batallones se fusionaran, Boné ordenó a sus tropas salir de Alicante y enfrentar a Roncalli. La batalla tuvo lugar en las proximidades de Elda el 5 de febrero, siendo ganada por el ejército gubernamental. Algunos importantes oficiales rebeldes fueron hechos prisioneros, mientras Boné se retiró de nuevo hacia Alicante.
Sin demasiados esfuerzos Roncali y Pardo lograron recuperar el control de toda la provincia, salvo Alicante donde siguieron resistiendo las tropas rebeldes comandadas por Boné. El ejército de Roncalli llegó a la ciudad el día 7 y sitiaron la ciudad. Poco tiempo después también llegó Pardo con sus tropas, asentándose en San Vicente del Raspeig.
El ejército gubernamental sometió Alicante a multitud de bombardeos durante días que causaron graves daños en varios barrios, si bien desde el Castillo también se respondió con disparos de los cañones. Muchos alicantinos huyeron, mientras que algunos extranjeros residentes escaparon en barcos de su nacionalidad. Otros vecinos se resguardaron en el Castillo junto a los soldados rebeldes.
El 14 de febrero Roncali y Pardo fusilaron a 7 oficiales rebeldes en Villafranqueza, que habían sido capturados en la batalla de Elda.
El ambiente en la ciudad fue volviéndose cada vez más en contra de Boné, sobre todo desde que el día 25 de febrero mandó fusilar a un vecino acusándolo de ser un espía de Roncali. También la comida empezaba a escasear.
El capitán rebelde Juan Martín ‘El empecinado’, viendo que la rebelión estaba perdida, traicionó a Boné y negoció una rendición a sus espaldas. Martin boicoteó a su superior saboteando las comunicaciones entre la ciudad y el Castillo, lo cual facilitó el avance de las tropas gubernamentales.
Se cree que Roncali y Pardo prometieron a Martín que no habría represalias sobre los rebeldes si facilitaba la caída de Alicante. Aún así Bone huyó el día 5 de marzo cuando la ciudad estaba ya prácticamente entregada y apenas le quedaban hombres fieles. Fue capturado en Sella y trasladado de nuevo Alicante.
El 8 de marzo las tropas gubernamentales fusilaron a Boné junto a 23 de sus oficiales en el Malecón (actual Explanada). No recibieron ningún juicio previo, y fueron ejecutados de espaldas y de rodillas.
CONSECUENCIAS:
- Numerosas viviendas fueron destruidas por los bombardeos, por lo que la ciudad tuvo que iniciar un periodo de reconstrucción que duró años.
- La rebelión fallida no tuvo demasiadas represalias negativas sobre la ciudad de Alicante, pues el Gobierno español de González Bravo responsabilizó casi completamente de ella a Pantaleón Boné y al Partido Progresista. El alcalde Miguel Pascual de Bonanza fue repuesto en su cargo. La inestabilidad continuó predominando en España durante los siguientes años, asi como los sucesivos golpes de estado.
- Además de los 7 militares fusilados en Villafranqueza el 14 de febrero, y de los 24 fusilados (entre ellos Boné) en Alicante el 8 de marzo, en los siguientes días hubo algunos fusilamentos más contra progresistas en la provincia que habían apoyado la rebelión. En concreto hubo 2 fusilamientos en Cocentaina (día 12 de marzo) y 1 en Alicante y otro en Monforte (día 13).
- Desde 1854 se celebró todos los 8 de marzo una misa en la Concatedral de San Nicolás en recuerdo a los soldados rebeldes fusilados. En 1869 el Malecón (entonces llamado Paseo de Olaide) donde fueron ejecutados fue renombrado como Paseo de los Mártires, al igual que una calle en Villafranqueza. En 1907 se colocó en el centro de dicho paseo un monumento conmemorativo, obra de Vicente Bañuls. Desde aquel año todos los 8 de marzo, aparte de la misa en la Concatedral, también se celebraraba un homanaje cívico de recuerdo en el Puerto. Además en 1933 se dedicó una calle a Pantaleón Boné en Carolinas. Todos estos actos se mantuvieron hasta la Guerra Civil, en 1937. A raíz de dicha guerra el monumento (que desde 1916 había sido trasladado a la Plaza del Mar) fue seriamente dañado y acabó siendo desmontado. El régimen franquista también renombró el Paseo de los Mártires y la calle Pantaleón Boné, que pasaron a llamarse Explanada de España y José Martínez de Velasco respectivamente. Igual ocurrió con la calle de Villafranqueza, que pasó a llamarse calle del Calvario (su antiguo nombre). Desde 2018 se recuperó el nombre de Paseo de los Mártires para el paseo marítimo paralelo a la Explanada y Pantaleón Boné volvió a tener una calle dedicada en Carolinas (antes llamada Ricardo Oliver Fo).