Tras cursar los estudios básicos ingresó en el Seminario Menor de Orihuela, a los 12 años. Luego pasó al Seminario Mayor y al Conservatorio de Madrid, donde estudió piano, composición y armonía.

A los 25 años cantó su primera misa, eligiendo como sitio su propio pueblo natal. Ganó poco después la plaza de organista en la Catedral de Orihuela. Fue nombrado maestro de capilla así como profesor de música en el Colegio Santo Domingo. Años más tarde consiguió el puesto de profesor de griego en la Academia Almi de Alicante.

Durante la Guerra Civil se exilió a Santiago de Chile junto a otros compañeros jesuitas. Luego se trasladó a la ciudad de San Felipe. Siguió ejerciendo de sacerdote y profesor de música en el país chileno, llegando incluso a ser obispo.

Tras finalizar la guerra, Tomás regresó a España. Fue incluso recibido por Francisco Franco, ya que le entregó un libro regalado de parte del general Freyre, presidente de Chile y amigo personal de Tomás.

Es destinado a varias parroquias en la provincia: Cox, Aspe y Elda. Finalmente en 1942 es nombrado cura ecónomo de la parroquia de San Nicolás de Alicante. Alcanzó más adelante el grado de canónigo y maestro de capilla. También fue párroco de la Misericordia y otras parroquias alicantinas.

Nunca dejó de lado su faceta musical y compuso numerosas piezas sacras. Vivió el resto de su vida en la calle Castaños, gran parte de los años con su madre, a la cual atendía cuando comenzó a fallarle la salud. También escribía poesías.

Fueron pasando los años y Tomás Rocamora acabó convirtiéndose en el sacerdote más longevo de toda la provincia alicantina. Falleció a los 88 años de edad en su departamento en la Casa Sacerdotal de Alicante, donde residía desde hacía unos años.

FUENTE:

- “40 ALICANTINOS”, Tirso Marín Sessé