Refinería de petróleo 'La Británica'
Hacia principios del siglo XIX (el primer documento que la menciona data de 1836) se abrió una industria de fundición de metal en la zona de la Cantera, concretamente en el muelle de Santa Ana justo al lado de La Albufereta. A dicha metalurgia se la conocía como 'La Británica'. Su cercanía al mar le permitía dar salida a todo su metal a través de barcos de cargamento.
En 1875 fue comprada por la compañía Deutsch y Cia para instalar una refinería de petróleo, siendo una de las primeras que operaron en España. Años después esta empresa se la vendió a la compañía El León.
En los siguientes años La Británica fue ampliando sus instalaciones, que fueron protegidas en 1903 con la construcción de un gran muro. En aquella época la empresa compró el primer coche a motor que llegó a la ciudad de Alicante.
En 1915 se inauguró la línea de ferrocarril que conectaba Alicante con Denia, conocida popularmente como el Trenet. Desde este momento la refinería pudo dar salida a su petróleo también por tren, no solamente a través de los barcos que amarraban en el muelle de Santa Ana. Además la empresa disponía de un parque móvil compuesto por 3 camiones plataforma con cisterna y por 3 turismos (marca Clevelan y Ford). De hecho, el primer vehículo matriculado de la ciudad de Alicante perteneció a La Británica.
Por estos primeros años del siglo XX La Británica ya se había convertido en la refinería de petróleo más importante de España, abasteciendo sobre el 55 % de todo el mercado petrolífero nacional.
En 1929 sufrió un gran percance cuando el muelle de Santa Ana donde operaba fue destruido al completo por un temporal. Precisamente ese mismo año el gobierno español nacionalizó todas las refinerías para establecer un monopolio del petróleo a través de la empresa Compañía Arrendataria del Monopolia de Petróleos Sociedad Anónima (CAMPSA).
En el momento de su nacionalización, La Británica albergaba un área superior a los 71.000 m2. Aún así, la creciente demanda de petróleo (a nivel nacional e internacional) sobre todo por la cada vez mayor popularización de los vehículos a gasolina hizo necesario seguir ampliando la industria.
Sin embargo, la ubicación al costado de la Serra Grossa dificultaba mucho su ampliación. El gobierno de España y CAMPSA llegaron incluso a plantear el traslado de La Británica en 1932 a otro lugar, pero el proyecto acabó siendo rechazado.
Durante la Guerra Civil la refinería incrementó todavía más su actividad debido a las necesidades de crudo del ejército republicano. Por ello se convirtió en un objetivo prioritario de la aviación franquista, y se instalaron varios antiaéreos. Estas defensas militares no pudieron evitar que fuera bombardeada varias veces, ocasionando serios daños materiales.
Precisamente durante la guerra CAMPSA aprobó un proyecto para construir túneles en la Serra Grosa que permitieran extender las actividades de la refinería también bajo tierra. En los siguientes años hasta la década de los 50 no pararon de abrirse túneles, creando un auténtico laberinto subterráneo. Algunos de estos túneles ni siquiera hay constancia de que llegaran a ser realmente utilizados. En ninguna otra parte de España se construyó una refinería subterránea semejante, era única en su tipología.
La Segunda Guerra Mundial también contribuyó a que La Británica incrementara sus demandas de petróleo, pues muchas refinerías europeas de petróleo fueron destruidas. Incluso las viviendas destinadas a los trabajadores que estaban al lado de la industria fueron cerradas para transformarlas en nuevas salas donde trabajar o depósitar el crudo.
Ya hacia los años 60 la refinería entró en una cierta decadencia al quedarse cada vez más anticuada. Finalmente en 1966 CAMPSA decidió cerrar La Británica para trasladarla al Puerto de Alicante. Concretamente al muelle de Poniente.
Durante los siguientes años las antiguas instalaciones de La Británica quedaron en estado total de abandono, sin ningún tipo de mantenimiento. El terreno quedó en propiedad del Ayuntamiento, hasta que en 1978 fue cedido al Estado a cambio de que éste cediera a la ciudad la propiedad del monte Benacantil (hasta entonces utilizado para fines militares por el ejército español).
Ya en el siglo XXI fueron derrumbados varios antiguos depósitos de la fábrica para construir el túnel del TRAM que pasa por la Serra Grosa. En 2017 el Congreso de los Diputados aprobó una Proposición no de Ley para ceder de nuevo este terreno al Ayuntamiento de Alicante, pero a día de hoy dicha cesión aún no se ha hecho efectiva.
Respecto a las nuevas instalaciones de CAMPSA, permanecieron 3 décadas en el Puerto de Alicante creando cierto malestar entre los vecinos de los barrios colindantes que denunciaron el impacto medioambiental que suponía tener grandes depósitos de combustible tan cerca de viviendas residenciales. Finalmente en 1995 el Ayuntamiento entonces dirigido por Ángel Luna llegó a un acuerdo con Repsol (empresa que había absorbido a CAMPSA) para que trasladase su industria portuaria al polígono de El Bacarot, traslado que se efectuó en 1999. En este mismo lugar se construyó el actual centro comercial Panoramis.
Actualmente las dependencias de la antigua CAMPSA continúan en El Bacarot, siendo ahora son propiedad de la Compañía Logística de Hidrocarburos (el grupo CLH).
FUENTES:
- Alicante Vivo (http://www.alicantevivo.org/2007/05/alicante-en-el-recuerdo-100-la-britnica.html)
- Diario Información
Muelle de Santa Ana (1890) |
Primer vehículo matriculado en Alicante |
Bombardeo sobre las instalaciones de CAMPSA en la Guerra Civil (28-11-36) |