Esplá Triay, Óscar
Alicantino de Oro
Óscar Esplá vino al mundo en el número 4 de la plaza de San Francisco (actual Calvo Sotelo). Su padre Trino trabajaba en el Cuerpo de Telégrafos de Alicante y tenía un negocio de electricista privado en su propia vivienda.
Siendo niño falleció su madre. Desde entonces su abuela Concepción asume el papel maternal, y fue quien empezó a introducirle el gusanillo de la música.
Desde adolescente ya empezó a mostrar interés por la música. Compaginaba el bachiller en el Instituto con clases particulares de piano y armonía musical impartidas por el contrastado músico alicantino Juan Latorre.
Tras terminar los estudios secundarios, a los 17 años se trasladó a Barcelona para estudiar 2 carreras universitarias simultáneas, Filosofía y Letras e Ingeniería Industrial, siguiendo así los deseos de su padre.
No descuida en ningún momento la música y sigue recibiendo formación en la ciudad condal, en este caso por parte de Sánchez Gavagan, el Director del Coservatorio del Liceo barcelonés.
Se anima a componer sus propias obras como la llamada “El sueño de Eros” inspirada en una idea de su amigo personal, el escritor alicantino Gabriel Miró.
En 1910, a punto de terminar sus estudios de Ingeniería, decide participar en el Concurso Internacional de la Sociedad Musical de Viena, el concurso musical más importante del mundo en aquella época. Su obra, “Suite en la bemol”, obtiene el Primer Premio. Todo un éxito personal para Óscar Esplá, e internacional para España.
Tras ganar el Concurso, Óscar vuelve a Alicante en 1911, donde recibe un gran homenaje organizado por el Ayuntamiento.
Su recién adquirido reconocimiento internacional le sirve para conocer a algunas de las figuras más importantes de la música europea. Se traslada durante algún tiempo a Viena, aparcando sus 2 carreras universitarias para vivir exclusivamente de la música. Luego es admitido en la prestigiosísima Escuela Musical de la ciudad alemana de Meiningen, dirigida por Max Reger.
En 1912 regresa a España, pues se estrena en el Teatro Real de Madrid su obra “El sueño de Eros”, que interpretada por la Orquesta Sinfónica del maestro Enrique Fernández obtiene un gran éxito.
Al año siguiente viaja a París para trabajar junto al prestigioso compositor francés Camille Saints-Saëns. Compone otra de sus grandes obras, “Poema de niños” (dedicado a su hermanastra Isolda), que también es estrenada por la Orquesta Sinfónica de Madrid en el Teatro Real.
Por todos estos méritos, Alicante le nombra en 1914 “Hijo Predilecto” de la ciudad.
En el 15 compone su “Sonata para violín y piano” y se atreve a escribir también la música de una obra de teatro de Rafael Alberti. También en el 18 escribe la banda sonora del ballet “Los cíclopes de Ifach” a encargo de una compañía rusa.
Son años de gran labor creadora personal de Óscar que incluso llega a rechazar la dirección de una cátedra de composición musical en el Conservatorio de Música de Lisboa en 1919, año en el que recibe la Legión de Honor francesa como homenaje a sus méritos.
Afincado de nuevo en Alicante, en 1924 recibe el encargo del alcalde de Elche, Diego Ferrández, de revisar toda la música del Misteri. Óscar Esplá acogió con gran entusiasmo esta propuesta, y gracias a él La Festa recuperó la escena de la “Judiada”, que no se interpretaba desde principios del siglo XIX. Ese mismo año, la recién creada por Manuel Falla, Orquesta Bética de Cámara de Sevilla, interpreta otra de las grandes obras de Esplá “Don Quijote velando las armas”.
Tras años de interpretar obras suyas, la Filarmónica de Madrid decide rendirle un concierto homenaje, en el que también se estrenó su nueva obra “Nochebuena del diablo”.
También fue digna de destacarse su obra “Soledades”, música realizada para conmemorar el III Centenario de la muerte del poeta Luis de Góngora en 1928.
Al año siguiente vuelve a ganar un prestigioso concurso musical internacional. En este caso fue en Nueva York, convocado por la casa de discos Columbia con ocasión del centenario de la muerte del compositor austriaco Franz Schubert.
En el 29 contrajo matrimonio con María Victoria de Irizar, en el Monasterio de la Santa Faz. Tuvieron 3 hijos: Amparo, María Luisa y Gabriel.
En busca de una cierta estabilidad económica para su familia, esta vez si que acepta el puesto de director de cátedra cuando le es ofrecido por el Conservatorio de Madrid, dando también clases de folklore a los alumnos. Poco después, también acepta la presidencia de la Junta Nacional de Música.
A pesar de sus nuevas obligaciones laborales y familiares, no deja de componer música, destacando de esos años sus “Canciones Playeras” y las suites para piano “La Sierra” y “Cantos de antaño”.
Aunque debe trasladar la residencia a la capital de España, sigue muy vinculado a su ciudad natal, donde tiene una finca cercana a Santa Faz donde veranea con su familia en verano.
En 1931 se estrena en el Teatro Principal de Alicante su “Canto rural a la República”, ante la asistencia de Manuel Azaña, entonces Ministro de Guerra de la recién creada Segunda República.
Sus años de mayor fama y consolidación como una de las principales figuras de la música en España son de repente interrumpidos por el estallido de la Guerra Civil. En agosto del 36 es nombrado como Director del Conservatorio Nacional de Música. Pero temiendo por la seguridad de su familia, Óscar Esplá acabó por renunciar a este puesto y a todos los demás.
Aprovecha una invitación en septiembre a ser jurado en la Fundación Musical “Reina Isabel” de Bruselas para salir de España y quedarse a vivir con su familia en la capital belga.
Al término de la contienda bélica, no se atreve a volver a España por miedo a posibles represalias, dado a su vinculación con el régimen republicano y con su primo Carlos Esplá Rizo, Ministro de Propaganda con Largo Caballero. Sin ningún trabajo fijo en Bruselas ni poder acceder a sus bienes en España, Esplá y su familia pasan una época de ciertas penurias económicas.
Tras la invasión nazi de Bélgica en 1940, Óscar Esplá encuentra un trabajo de crítico musical en el recién creado diario Le Soir.
La Segunda Guerra Mundial termina, y tras la liberación de Bélgica se le prohíbe volver a ejercer la profesión de periodista en el país, debido al carácter colaboracionista con la ocupación nazi del diario Le Soir durante la ocupación. Realmente Óscar Esplá no escribía sobre política, sino solo sobre música, pero no se hizo con él excepción alguna.
Sin embargo, con el fin de la guerra a Óscar Esplá le vuelven a llover los encargos musicales y las ofertas laborales. En el 45 a encargo de la Orquesta Sinfónica de Boston escribe su obra “Sonta del Sur”. También escribe las óperas La fôret perdue y La Balteira. Realiza también bastantes conferencias en Bélgica, Francia y Alemania; y comienza a dirigir el Laboratorio Musical del Instituto Internacional de Investigaciones Acústicas de Bruselas.
En 1948 se traslada a París al recibir varios encargos de la UNESCO. Realiza un estudio científico musical sobre la adopción de un único diapasón que recibe enormes alabanzas y es traducido a todos los idiomas oficiales de la UNESCO. El propio organismo internacional le elije en el 49 como miembro de un jurado compuesto por los principales músicos del momento (Florent Schmitt,Villa-Lobos,Tansman, Jacques Ibert, Martinu, Malipiero, Carlos Chávez, el polaco Panufnik, el norteamericano Howard Hanson y el inglés Lennox Berkeley), para escribir una obra conmemorativa al I Centenario de la muerte del compositor polaco Fryderyk Chopin.
En 1950, su amigo el economista alicantino Germán Bernácer gestiona con las autoridades franquistas para que Esplá y su familia puedan volver sin represalias abonando una multa de 10.000 pesetas.
Recupera su buen nombre dentro de la música española y en el 52 es nombrado Presidente del Comité Nacional Español de Música. Al año siguiente, también se convierte en miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En el 55, el Ayuntamiento de Alicante decide crear los premios anuales de música “Óscar Esplá”. Estos premios pronto se hicieron internacionales y en los 60 se llegó a considerar como el premio musical más importante de España.
En el año 1956 fue elegido como miembro de la Academie de Beaux-Arts de Paris. 3 años después le es concedida también la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
Ya con 74 años, en 1960 es designado Oficial de la Orden de las Artes y las Ciencias de Francia. Aún mayor honor le llega en el 62, cuando es elegido como miembro del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO.
En 1964 es llamado a participar en los actos de la celebración de los “XXV años de paz”. Sin embargo, Óscar se niega a colaborar por motivos ideológicos.
Ese mismo año terminó una de sus últimas obras, la “Sinfonía Aitana”, en homenaje a su tierra. Su última gran creación fue la obra vocal “Cantata a los Derechos Humanos”, que la ONU le encargo por el motivo del vigésimo aniversario de la elaboración de dicha Declaración Universal, en 1968. Fue estrenada en el Teatro Real.
A la edad de 89 años el maestro Óscar Esplá fallece en la capital de España. Siguiendo su expreso deseo, sus restos se trasladan a Alicante y se entierran en el Monasterio de Santa Faz. Se le realizaron diversos homenajes, así como se puso su nombre al Conservatorio de Alicante y a una de las principales calles de la ciudad.
Óscar Esplá Triay es considerado actualmente como la mayor eminencia musical de la historia de la ciudad de Alicante. Fue también un artista de fama nacional e internacional. Escribió innumerables obras musicales a lo largo de su vida y se le reconoce como uno de los padres del sinfonismo español moderno.
FUENTES:
- “ÓSCAR ESPLÁ” Orquesta y coro de la Comunidad de Madrid.
- Alicante Vivo (www.alicantevivo.org)
- Wikipedia